| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Sostres, sin pelos en la lengua.
Sostres, sin pelos en la lengua.

Sostres desmonta la cruda realidad sobre los dos grandes "orgullos" españoles

A juicio del siempre irreverente y políticamente incorrecto periodista son dos "grandes mitos" de los que siempre hemos presumido pero el Covid más que matarlos los está "desnudando".

| ESdiario Medios

Este lunes Salvador Sostres comienza la semana en su columna de ABC echando por tierra dos de los grandes mitos españoles porque, a su juicio, "el mantra de que tenemos una de las mejores sanidades públicas del mundo se ha demostrado calamitosamente falso".

Vamos, que "sometido a una prueba de estrés, que es como realmente se mide a las personas y a las cosas, nuestro sistema sanitario ha hecho agua por todas partes" y "ahí están los catastróficos resultados".

En resumidas cuentas, el periodista cree que "presumíamos de tener una enseñanza pública y una seguridad social de primer nivel, y con este argumento justificábamos los excesos confiscatorios de la socialdemocracia" pero "era mentira" y la "verdad es este ridículo que hemos hecho. Tenemos la sanidad pública más fallida del mundo civilizado y un sistema educativo que cría borregos de pancarta y porro".

Eso sí, se lamante, en lugar "de aceptarlo y tratar de mejorar, nos pavoneamos con orgullo" y por eso resume que "mucho más que matarnos, el Covid nos ha desnudado".

En su opinión, el virus "ha desnudado a los científicos que se creían infalibles y nos llaman a defendernos de la pandemia con los mismos recursos con que lo hicieron nuestros antepasados en la Edad Media; y ha desnudado al sistema público español con una abrumadora enmienda a la totalidad".

En otras palabras: es la "incompetencia" del "socialismo arrogante que cree que sabe gastar nuestro dinero mejor que nosotros y cuando llegan los problemas sólo sabe decirnos que nos quedemos en casa".

Por eso concluye, que "podemos continuar haciéndonos los héroes de lo público, proclamando méritos indemostrados, negando la realidad que es lo que mejor se le da a la izquierda. Pero vivimos sobre una mentira que no es inocua y que no sólo no nos resuelve los problemas sino que nos destruye y nos mata".

Ya no es solo que no nos preguntemos, se queja, en que se gastan los millones de millones de un "sistema sanitario que no funciona", sino que considera más grave aún "el drama de la enseñanza colectivista, colapsada de funcionarios frustrados, resentidos, y terriblemente mediocres".

Y luego están los sindicatos que les representan: "un deprimente monumento a la insolidaridad, al chantaje, al egoísmo más mezquino y ésta es la gente que se ocupa de enseñar a nuestros hijos".

En conclusión, "somos el país que peor ha gestionado la pandemia" y "podemos aplaudir en los balcones, podemos cantar la Internacional, podemos insultar a Amancio Ortega y podemos continuarle teniendo este miedo supersticioso y tercermundista a la libertad" pero "los delirios colectivistas se nos han muerto en las manos".