Errejón se borra del examen del 5A y asume que Más País es un fiasco sin Carmena

El nuevo ciclo electoral que se va a abrir el próximo 5 de abril en el País Vasco y Galicia no va a contar con la presencia de Más País, la marca nacida de la espantada de Íñigo Errejón de Podemos. La decisión no está aún oficialmente confirmada pero la consulta interna impulsada por el exnúmero dos morado entre sus dirigentes es clarificadora.

Sencillamente, en los comicios convocados este lunes por Íñigo Urkullu y Alberto Núñez Feijóo, Errejón "ni está ni se le espera". Eso que se dan dos condicionantes favorables: Podemos en el País Vasco es mayoritariamente militante del errejonismo -de hecho Guillermo Errejón, hermano del hoy diputado es miembro de su ejecutiva-; y en Galicia las antaño de moda Mareas están en claro declive.

El annus horribilis de Errejón: la caída de la eterna esperanza de la izquierda

Sin embargo, Más País lejos de emerger como una alternativa a la izquierda del PSOE y con un ADN mucho más moderado y posibilista que Podemos, ha naufragado fuera de Madrid. En gran medida por el paso atrás de la exalcaldesa Manuela Carmena, que no ha querido jugar el papel de rostro nacional para la aventura de Errejón.

Errejón, en la noche electoral de las generales del 28 de abril, su primera cita en las urnas en clave nacional.

Por eso, fuentes consultadas por ESdiario reconocen que Errejón y su equipo se va a volcar por asentar su partido como una alternativa a la izquierda madrileña. Con un PSM que no levanta cabeza y un Podemos compuesto por decenas de grupúsculos y comandado por una gestora.

De esta forma, el próximo 5-A las papeletas de Errejón no estarán en los colegios electorales del País Vasco y Galicia. Lo más próximo al diputado por Madrid van a ser los candidatos de Equo que el 28-A decidieron no sumarse a la traición a Pablo Iglesias y permanecer fieles a las filas de Podemos. Su cara visible es Juan López de Uralde.

El País Vasco y Galicia evidenciarán dentro de dos meses el fiasco que ha supuesto Más País. El efecto champán de Errejón quedará apuntalado después en las elecciones catalanas. Se verá entonces que el salto nacional del exnúmero dos de Iglesias fue un ejemplar quiero y no puedo.