El ayuntamiento de Marbella sigue tensando la cuerda con Starlite

La dirección de Starlite no está dispuesta a ceder terreno y ha denunciado la actitud obstaculizadora del equipo de gobierno del ayuntamiento de Marbella liderado por PSOE y Podemos. La situación no para de crecer en tensión y después de haber eliminado el nombre de la ciudad de su logo (primer aviso), el festival amenaza ahora con cambiar su ubicación, pues tiene ofertas de los ayuntamientos de Estepona, Málaga o Sotogrande entre otros. Esa fuga supondría perder un evento que da trabajo a más de 800 personas y que en los últimos 4 años ha dejado un impacto de más de 80 millones de euros en Marbella. 

Este clásico del verano de la Costa del Sol ya va por su sexta edición animando las noches de julio y agosto con actuaciones musicales de primer nivel nacional e internacional. Joaquín Sabina, Anastacia, Luis Fonsi, Elton John, Andrea Bocelli, Malú, Dani Martín, Manu Carrasco o Eros Ramazzotti son parte del elenco de estrellas que han implicado más de 12 millones de euros de inversión por parte de los promotores, que han sido 50 en los últimos seis años. Todo ello además deja un impacto publicitario para Marbella valorado en más de 21 millones anuales, pero parece que a José Bernal, el alcalde, los árboles no le dejan ver el bosque. 

El equipo de gobierno de Marbella, un tripartito compuesto por el PSOE, Costa del Sol Sí Puede -marca local de Podemos- y Opción Sampedreña, lleva obviando el impacto del festival desde antes de que levantase el telón este año, y no le dieron la autorización para su celebración hasta apenas 72 horas antes de su inicio. Poner en jaque uno de los principales atractivos turísticos del municipio puede salirles muy caro. Sus argumentos como siempre se rigen por un discurso populista "La competencia ventajosa de la que disfruta Starlite podría estar bloqueando la celebración de otros eventos, con precios más populares, con un contenido cultural más diverso y que no menosprecien el cumplimiento de la ley", señalan.

La solución es además bastante simple. Bastaría otorgar al festival la catalogación de esparcimiento público, en vez de auditorio, evitándole tener que pedir constantemente permisos para ampliar sus horarios. "No somos una discoteca que pincha música electrónica en una sala cerrada, sino que ofrecemos música en directo de diferentes estilos en un ambiente íntimo; el Ayuntamiento dice que se debe cumplir la ley, pero nos deben catalogar como lo que somos... además de que no existe una ley que limite al Consistorio a hacer las ampliaciones horarias que quieran" aseveran desde la dirección. 

La intromisión de otros empresarios de la noche de la zona, que se quejan de las condiciones ventajosas de las que disfrutan en Starlite frente a ellos, que están todo el año en funcionamiento y pagando sus correspondientes impuestos,  junto con supuestas quejas de vecinos de la zona por ruidos que les impiden dormir no hace sino seguir enrevesando una historia que podría hacer que Marbella pierda su principal evento veraniego y la presencia de un elenco de patrocinadores del nivel de Ford o Schwepes. Al final, los apenas 7.000 euros de licencia anual que la organización cerró en 2012 para el uso de la cantera de Nagüelles (el espectacular escenario natural del festival) están en el fondo de la cuestión y puede que a día de hoy sea una cantidad que es necesario revisar, pero todo el mundo debe poner de su parte para que el público de la ciudad no pierda semejante evento.