| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El presidente, durante el desfile del 12 de octubre en Madrid
El presidente, durante el desfile del 12 de octubre en Madrid

¿Un francotirador ultra y letal o un mediocre tirador con escopeta de balines?

El hombre detenido por tratar de atentar presuntamente contra Pedro Sánchez solo es un aficionado al tiro con poca destreza y aún menos puntería, según el presidente del club donde practica.

| ESdiario España

Un experto tirador con licencia de armas, un fanático seguidor de Franco un vengador por la exhumación de los restos del dictador. “Estoy dispuesto a sacrificarme por España”, clamaba en un chat de whatsapp. Ese es el perfil, supuestamente, de Manuel Morillo Sánchez, el vigilante de seguridad que presuntamente planeaba matar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que fue detenido hace casi un mes por los Mossos d’Esquadra.

El detenido, de 63 años y vecino de Terrassa (Barcelona), fue arrestado hace tres semanas y tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción 3 de esa localidad ingresó en prisión preventiva, según ha publicado 'Publico.es'. De acuerdo con la información del citado medio, Murillo planeaba atentar contra el presidente como venganza por la orden de exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, y en su domicilio poseía un arsenal de 16 armas de fuego, con rifles de precisión y un subfusil de asalto.

Pero tras el impacto inicial de la noticia, comienzan a aparecer otros testimonios que rebajarían mucho la gravedad esta amenaza. Como el de Manuel Moreno, presidente del club de tiro del Vallés donde practica el detenido.

Según ha declarado Moreno en un programa matinal de TV3, el frustrado magnicida es, literalmente, "un mediocre tirador que se entrenaba en la modalidad de aire compromiso; es imposible que sea un francotirador".

 

Pero la tesis del francotirador ultra y letal se sigue manteniendo. Según varios medios, el detenido no tenía antecedentes penales pero se le relacionaba con ambientes ultraderechistas. La propia Moncloa, al parecer, prefirió en su momento no dar relevancia pública al incidente, que ahora ha saltado a la opinión pública.

Según ‘Publico.es’, la voz de alarma vino de una usuaria de un grupo de whatsapp  cerrado en el que participaba Murillo. De acuerdo con el testimonio de la denunciante, el detenido pasó de lanzar continuas invectivas y amenazas contra el líder del PSOE, a pedir apoyo logístico para asesinarle en un atentado, aprovechando su pericia como francotirador y su armamento.

Que le capturaran no le importaba. "Estoy dispuesto a sacrificarme por España", escribió en el chat. Fue entonces cuando los Mossos recibieron el aviso y empezaron a seguirle los pasos al hombre, cuyo vida cotidiana no levantó sospechas. Pero sí se le tomó en serio al descubrir que practicaba tiro.

Un arsenal en casa y en el coche

Se solicitó entonces orden de entrada, registro y detención del sujeto. Y no se esperaban lo que hallaron en su domicilio el pasado 19 de septiembre: 16 armas de fuego cortas y largas, incluido un fusil de asalto militar Cetme, un subfusil ametrallador checoslovaco Skorpion vz. 61, y cuatro rifles de altísima precisión, capaces de acertar un blanco a 1.000 o hasta 1.500 metros de distancia. Y en su coche transportaba  dos pistolas, una de ellas modificada e ilegal. Otra cosa es que supiera usar todas esas armas, pues según el club de tiro, apenas sabe tirar con escopetas de balines. Y sin demasiada puntería.

Sea como fuere, tras el arresto se informó de inmediato a Seguridad de La Moncloa, pero el Gobierno decidió que lo mejor era la discreción, así que no se comunicó el incidente. No obstante, en la investigación del caso participaron también el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, que siempre interviene en los casos donde hay armas de fuego.

En cuanto a las diligencias judiciales, pasaron del Juzgado de Guardia –el 2 de Terrassa, ese día– al de Instrucción Nº3 porque la Audiencia Nacional rechazó el caso, considerando que no se trataba de una amenaza terrorista, sino meramente una "proposición de homicidio de autoridad", con "tenencia ilícita" de un "depósito de armas".

Murillo está actualmente en prisión incondicional en el Centro Penitenciario Brians-2, en Sant Esteve Sesrovires, cerca de Martorell, donde confesó nada más ingresar sus intenciones de atentar contra Pedro Sánchez.