| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Los tres desprecios al Rey de Sánchez e Iglesias antes incluso de gobernar

¿Hay un plan contra Felipe VI? Oficialmente no, y desde luego el PSOE no lo tiene ni quiere. Pero hay varios acontecimientos que revelan que sus socios sí están en ello.

| Javier Rodríguez España

El Rey guarda silencio, cumpliendo escrupulosamente con su cometido institucional, que tiene en el silencio una de sus virtudes pero, también, de sus límites. Pero algo no le encaja, desde hace tiempo ya, como le soplan al oído sus más allegados, gente de confianza movida en exclusiva por su lealtad a la Corona: ¿Está todo el mundo maquinado para lastimar la institución?

El entorno de la Casa Real no quiere darle esa dimensión al problema, pero sí se es consciente de que, por acción u omisión, no corren buenos tiempos: la debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez, el acceso al poder de Podemos y la dependencia del previsible Gobierno del nacionalismo no llaman precisamente a la calma.

Y algo más. Hay hasta tres desprecios ostentosos cometidos en los últimos días que no han gustado nada y pueden marcar una inquietante tendencia a futuro. El primero de ellos, los viajes internacionales que le han encargado a Felipe VI en plena constitución de las Cámaras, con un Ejecutivo en funciones y sin abrirse siquiera la ronda de contactos.

 

Primero fue a Cuba y ahora iba a ser Argentina, pero si nada cambia esta última expedición se aplazará, aunque estaba preparada para la toma de posesión del nuevo presidente del país hermano. Fuentes cercanas al Gobierno en funciones niegan a ESdiario la más mínima intencionalidad en esos encargos, que atribuyen a la agenda internacional de España, pero lo cierto es la coincidencia ha proyectado una imagen de desdén hacia el Monarca. Y a él no le gusta.

El segundo desprecio es más evidente: altos cargos de Podemos, e incluso el propio partido, llevan días animando a participar en actividades contra la Corona impulsadas por distintos grupos antisistema que coronarán con la exigencia de un referéndum el próximo 9 de mayo bajo la convocatoria "Consulta Popular Estatal Monarquía o República".

Son balas de fogueo, sí, pero que Podemos e IU le den pábulo al asunto mientras a la vez ultiman su incorporación al Ejecutivo y la gestión de una vicepresidencia y hasta tres ministerios, es sorprendente.  Y llama la atención la presencia en las actividades previas a ese "referéndum oficioso" de cargos tan próximos a Iglesias como Julio Rodríguez, secretario general de Podemos en Madrid.

Iglesias se va a "olvidar" un tiempo de sus rechazo a la Constitución, pero no está claro que pueda controlar el debate

Iglesias, aseguran fuentes políticas a este periódico, se va a "olvidar" en los próximos meses de las reformas constitucionales tendentes a discutir el sistema institucional español, pero sus huestes no lo harán: llevan demasiado tiempo alimentándose en el debate republicano y no va a ser sencillo calmarlas.

 

Y un último desprecio. Éste sí ha dolido, por las formas: la coalición de PSOE y Podemos ha comenzado a comportarse como si ya fuera el Gobierno antes siquiera de que Sánchez recibiera formalmente el encargo del Rey, tal y como marcan los procedimientos constitucionales. El Monarca y Sánchez hablan de cuando en cuando, más de lo que se cree, y se han visto en persona una vez en los últimos diez días, sí.

Pero de puertas para afuera queda la imagen de que todo lo están haciendo Sánchez e Iglesias prescindiendo de Felipe VI se impone poco a poco. Y no ayuda el desprecio que el nacionalismo catalán le muestra, cada vez con menos pudor y reprobaciones ilegales en el Parlamento catalán sin que nadie haga nada al respecto.

Ni tampoco la ausencia de Felipe VI, casi hasta el final, en una Cumbre del Cambio Climático con una agenda monopolizada por Pedro Sánchez como si fuera él mismo el Jefe del Estado.