La Justicia tiene sus tempos y la política los suyos. Y no coinciden. Otra cosa es que los plazos de la primera no sean entendidos por la segunda, especialmente cuando les afectan.
Primero. Por el juicio del procés ya se anuncia que van a pasar durante la campaña electoral algunas piezas clave del laberinto catalán. No olvidemos que el juicio al pulso de los separatistas al Estado va a ser tan capital para las generales que hasta algunas encuestas de esas que intentan generar estado de opinión empiezan a enviar señales de que a lo mejor Pedro Sánchez no va a necesitar ya más los votos de ERC y PdCat. Por lo que pueda pasar.
Segundo. La toma de declaraciones a investigados por la visita del Papa a Valencia, prevista para abril y mayo, en plenas campañas, ha sido parcialmente pospuesta por coincidencia con otros señalamientos. Pero habrá declaraciones entre el 14 y el 26 del mes que viene. Juan Cotino y Francisco Camps están en esa lista.
Tercero. Desde la semana pasada empieza a haber rumores de cierta intensidad en círculos políticos y judiciales que indican que el secreto del sumario de la operación Alquería, por la que está investigado el ex-presidente de la Diputación de Valencia Jorge Rodríguez, podría ser levantado a no tardar mucho. Quizá antes de elecciones, sin precisar cuáles. Las municipales son las últimas, las listas no están presentadas, el plazo es del 17 al 22 de este mes, y está previsto que Rodríguez encabece la del PSOE en Ontinyent.
Al parecer la decisión general de los jueces va a ser en todos los casos, y afecte a quien afecte, seguir el curso de las causas, sin cambios de fechas que serían más fácilmente interpretados en clave política que si se dejan como están.