| 23 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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El desastre en el empleo es consecuencia de la demagogia económica del Gobierno

El SMI ya ha disparado el paro en Extremadura, mientras Madrid genera el 85% del empleo de toda España. La conclusión es obvia: el PSOE vuelve a crear desempleo.

| EDITORIAL Editorial

 

 

Extremadura ha cerrado el año con la destrucción de 20.000 puestos de trabajo, una cifra horrible que las propias autoridades autonómicas, del mismo color que Pedro Sánchez, han reconocido entre lamentos. No es un caso excepcional, sino el clímax de un inquietante panorama general para el trabajo en España.

2019 terminó con la creación de algo más de 400.000 puestos de trabajo, con un crecimiento levemente superior al 2%, la peor cifra desde 2013: en 2018 se lograron generar, en números redondos, 163.000 empleos más que en el primer año gobernado al completo por el PSOE.

Y en ese panorama general tétrico, el caso extremeño alcanza la categoría de dramático: la destrucción de empleo ha sido allí de 20.000 puestos, lo que coloca en el desempleo a casi uno de cada cuatro vecinos de esa Comunidad, presidida por el también socialista Guillermo Fernández Vara.

Que ha sido quien, con la valentía que le faltó para oponerse al pacto de su partido con Podemos y el independentismo, se ha quejado en voz alta de los efectos perniciosos de subir el Salario Mínimo Interprofesional, una de las medidas estrella del pacto entre PSOE y Podemos.

Provocar despidos

Y lo ha hecho desde una lógica aplastante: su puesta en marcha tal vez haya mejorado la retribución de unos, pero ha sido a costa del despido de otros. La razón es bien sencilla. Por mucho que se empeñe cualquier Gobierno, los incrementos de los salarios deben ir precedidos de la mejoras de los ingresos, la productividad y los beneficios de las empresas.

 

 

Si no se cumple ese requisito, la imposición solo provoca que los costes salariales se repartan entre menos personas. Y no es por cicatería de la empresa tipo de España, bien alejada del tópico que cierta izquierda presenta, convirtiéndolas a todas en miembros del IBEX35.

Al contrario, hablamos de pymes, empresas familiares y comercios, responsables del 70% del empleo y de los ingresos del Estado; ya asfixiadas por una insoportable carga fiscal, una baja capacidad de exportación y una dificultad extrtema para acceder al crédito.

El ejemplo de Madrid

La prueba de que la economía funciona mejor con una fiscalidad baja y sin la injerencia de los gobiernos la ofrece, en la misma EPA que Extremadura, la Comunidad de Madrid.

Allí, con unas reglas más liberales y menos intervencionistas, se ha creado el 85% del empleo total de España en el último trimestre y la tasa de paro ha bajo a niveles de 2008, con el 13.78%. Con estas evidencias, ¿qué tienen que celebrar el Gobierno y sus políticas, válidas para los titulares pero inútiles en el mundo real?