| 08 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Gabilondo se traga sus palabras sobre los independentistas y admite su error

El veterano periodista no tiene más remedio que admitir su tremenda metedura de pata ya no sólo con la cúpula de los ilegales comandados por Puigemont... sino con el presidente del Gobierno.

| ESdiario Medios

El espectáculo de vodevil que está ofreciendo la cúpula independentista no lo había previsto ni el más ocurrente guionista de una de Torrente, como ha señalado con no poca sorna el expresidente de Extremadura Juan Carlos Ibarra.

Tampoco Iñaki Gabilondo atinó a diagnosticar que los adalides de la independencia ofrecieran el sainete que están dando por toda Europa y este martes entonó el mea culpa en su videoblog de El País y  SER por haber errado el tiro.

Entonando el mea culpa el analista político reconoce que anunció un viernes negro con riesgo de confrontaciones y apenas dos días después hablaba de la blanda resistencia del independentismo en "KO técnico tras la inteligente maniobra de Rajoy": "Me equivoqué".

"¿Y por qué me equivoqué?", se pregunta en voz alta para responder "porque medí mal a los contendientes. A los independentistas los medí mal porque después de ver la osadía con que se saltaron la legalidad los días 6 y 7 de septiembre les creía determinados, no ya proclamar la independencia, que es lo que hicieron, sino a asumir todas sus consecuencias, fueran las que fuesen, desde el minuto siguiente".

Sin embargo, "el zigzagueo de Puigdemont, la votación secreta y el repliegue a la carrera tras una modestísima celebración, me demostraron que les había sobrevalorado. Medí también mal a Rajoy. Porque situé el foco en la aplicación del 155, y de ahí mi temor a los choques, cuando resulta que el presidente lo desplazaba hábilmente hacía una inmediata cita electoral en apenas 50 días. Un gran movimiento político que no esperaba. Había infravalorado a Rajoy".

No obstante, avisa de que "sobrevalorar e infravalorar son pecados de vocación pendular, por lo cual, ahora el peligro es el contrario: subestimar la fuerza del independentismo y sobreestimar la del constitucionalismo".