| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Antonio Pradas y Micaela Navarro, los dos primeros por la izquierda.
Antonio Pradas y Micaela Navarro, los dos primeros por la izquierda.

Ferraz filtra los currículos en blanco de los cabecillas del motín en venganza

Es la guerra. El "comando Luena" ha desempolvado las hojas de servicios de los principales sublevados -Pradas, Navarro, Page...- para demostrar que sólo les preocupan sus poltronas.

| Ana Isabel Martín España

En la guerra fratricida que libra el PSOE no hay metralletas ni tanques, pero algunas informaciones llevan pólvora. Y el bando de Pedro Sánchez, el "comando Luena" como ya se conoce, se está empleando a fondo para desacreditar a los "golpistas" -calificativo utilizado por muchos militantes-. 

Desde Ferraz están difundiendo la versión de que los de Susana Díaz no buscan el bien de España ni tampoco el del PSOE con su motín, sino que simplemente tratan de no quedarse sin poltronas.

Para sustentar esta teoría están desempolvando y poniendo en circulación los currículos de varios de los sublevados, los que nunca han tenido ni oficio ni beneficio fuera de "la PSOE", como se conoce en Andalucía al partido.

Los tres lugartenientes de la presidenta andaluza y cabecillas de la revuelta, Micaela Navarro, Antonio Pradas y Verónica Pérez, son tres vivos ejemplos.

Esta última, que no es miembro de la Ejecutiva pero que como presidenta del Comité Federal este jueves se autoproclamaba a las puertas de Ferraz "la única autoridad del PSOE", se afilió a las Juventudes Socialistas con 14 años y desde entonces no ha hecho más carrera que la pesoelogía. Con sólo 21 años ya era concejal de su pueblo, San Juan de Aznalfarache, y de ahí en adelante siempre ha estado a sueldo de la política.

Antonio Pradas, el que el miércoles entregó en Ferraz las firmas de los 17 dimitidos, ingresó en las Juventudes con 15 años. Siendo un veinteañero ya era jefe de Gabinete del presidente de la Diputación de Sevilla y, con 32 años, alcalde de El Rubio.

La presidenta del PSOE, Micaela Navarro, comenzó con veintipocos su carrera política, que le ha dado de comer hasta ahora. Con 35 era concejal del Ayuntamiento de Andújar, su pista de despegue hacia el Senado, luego el Congreso y más tarde la Junta de Andalucía. 

Al margen de Navarro, Pradas y Pérez, entre los dimitidos de la Ejecutiva hay más hojas de servicios en blanco. Como la de la también andaluza Noemí Cruz, de las Juventudes Socialistas, que a sus 30 años coordina actualmente el Instituto Andaluz de la Juventud... de la Junta de Andalucía, por supuesto.

El propio Emiliano García-Page no conoce otra cosa que el calor de la política. Antes de cumplir los 18 años ya tenía carné de las Juventudes Socialistas y con sólo 19 obtuvo su primer puesto como concejal del Ayuntamiento de Toledo. Del Consistorio toledano, a la Junta. 

Y el joven Francisco Pizarro (30 años), de nuevo andaluz, no ha terminado sus estudios en la Universidad de Cádiz pero es desde los 26 años secretario general de las Juventudes Socialistas de Cádiz y miembro de la Ejecutiva nacional.