| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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La alcantarilla de la indignidad

Tiene que estar viviendo una pesadilla al cohabitar con un hombre que representa la antítesis de lo que ella defiende, al margen de las críticas que le hacen sus adversarias políticas. 

| Sonia Reyes Edición Elche

Irene Montero tiene que tragar sapos y culebras y se ha convertido -sin quererlo- en la mujer más humillada de España. Sus ideales feministas han sido lanzados a las alcantarillas de la indignidad, al tener que convivir -aunque sea por interés político- con el hombre que se apropió de la tarjeta de memoria del teléfono de su asesora, con la excusa de protegerla.

Eso no se lo cree ni ella, aunque no quiera reconocerlo en público y salte por los Cerros de Úbeda intentando salvaguardar su imagen de fuerte, de mujer empoderada. Tiene que estar viviendo una pesadilla al cohabitar con un hombre que representa la antítesis de lo que ella defiende, al margen de las críticas que le hacen sus adversarias políticas. 

Las diputadas del Senado -excepto las socialistas- están indignadas con la actitud del vicepresidente por su comportamiento con Dina Bousselham y lógicamente preguntan a la ministra de Igualdad por tan periagudo asunto. Ella -presa del pánico- frunce el ceño mostrando su vulnerabilidad porque es evidente que lo está pasando mal. 

Ni marquesa de Galapagar ni mujer súper poderosa, aunque ella crea que sí por su juventud. Y es que Irene Montero tiene solo 32 años y quizás en su inocencia, pensó que la intimidación a los ciudadanos de las caceroladas con el súper despliegue de la Guardia Civil a las puertas de su chalé iban a ser suficientes para acallar los presuntos descalabros de Pablo Iglesias en el Dinagate. Pues no ha sido así y la Ministra pasa por un trance difícil en lo personal, aunque cargue contra la oposición. Ni Pablo Casado, ni Edmundo Val ni Santiago Abascal se quedaron con la tarjeta de memoria de la señora Bousselham. Fue su pareja sentimental y padre de sus tres hijos, señora Montero.

La diputada del Partido Popular Sofía Acedo, le dio tremendo repaso, con un discurso coherente y siendo vehemente en su defensa de las mujeres. Como tiene que ser.

Ahora habla usted también de las cloacas del Estado cuando le preguntan por este asunto parafraseando al líder de Podemos y a su vez su pareja sentimental-, pero con esa actitud muestra que sus argumentos pasan por momentos muy bajos y es que usted sabe que el comportamiento del Vicepresidente es totalmente inadmisible para cualquier mujer del siglo XXI. Quisiera ver sus gritos si eso lo hubiera hecho cualquier hombre de la oposición. 

Como Ministra de Igualdad tiene la obligación de defender la intimidad de la señora Dina Bousselham y reprobar la actitud del Vicepresidente. Luego -en la intimidad y como mujer- usted sabrá lo que tiene que hacer con su hombre, pero un Ministerio como el suyo no debería amparar actitudes como la de Pablo Iglesias.