| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Enstone, patria querida; Enstone de mis amores

Hamilton igualó con Schumacher a 91 victorias tras ganar el GP de Eifel, aunque la noticia estuvo en el tercer puesto del Renault de Ricciardo, un buen presagio para el regreso de Alonso.

| Miguel Queipo Deportes

Sí, ganó Hamilton a lomos de su Mercedes AMG, menuda sorpresa. E igualó el récord histórico de las 91 victorias de Michael Schumacher en el Mundial de Fórmula 1. Incluso Carlos Sainz, autor de un carrerón con su McLaren, saliendo décimo y acabando quinto, fue un protagonista destacado del GP de Eifel celebrado en Nürburgring.

Pero Daniel Ricciardo, el australiano que siempre sonríe, llevó a su Renault al podio, el primero en nueve temporadas, tras el próximo heptacampeón del mundo y de Max Verstappen. Un asturiano bicampeón del mundo, de nombre Fernando y de apellido Alonso, sonríe. Enstone, patria querida; Enstone de mis amores. Será Alpine y no Renault, será azul y no amarillo, pero será lo mismo.

 Es, sin duda, una de las mejores noticias del campeonato del mundo 2020, el de la vuelta a los circuitos tradicionales, el de las escapatorias de tierra, las frenadas en desnivel y que no perdonan errores. Sin la tiranía de la escuadra y el cartabón de Hermann Tilke, el deshumanizador de trazados, la Renault de Cyril Abiteboul se está mostrando como la tercera escudería en liza en el Mundial, por detrás por supuesto de la tiránica Mercedes y del Red Bull de Verstappen, porque el de Albon parece hecho de remiendos. Es imposible que el mismo monoplaza, configurado de forma más o menos similar salvo las particularidades de cada piloto, tenga prestaciones tan diferentes, porque Albon no es manco, ni mucho menos.

La carrera en Eifel no tuvo lluvia y tampoco demasiadas emociones, salvo las habituales: Bottas partía desde la pole y, salvo contadas excepciones, todo consiste en saber cuándo meterá la pata para perder la victoria. En esta ocasión, y aunque en la primera vuelta defendió su liderato como si fuera el castillo de un rey ante su coequipier, le sucedió en la vuelta 13, un detalle para los supersticiosos: se pasó de frenada en la curva 1, Hamilton le superó en la dos, entró en boxes a cambiar ruedas mucho antes que los demás y acabó abandonando por problemas de motor. En un Mercedes. Tras cometer un error en la vuelta 13. Seguro que llevaba los calcetines amarillos y acarició un gato negro.

A partir del abandono de Bottas todo fue coser y cantar para Hamilton, que supo mantener a raya a Verstappen sin ningún apuro. Ni siquiera un postrero coche de seguridad, por abandono de Lando Norris con problemas de motor en su McLaren, sirvió para que el fogoso holandés pudiera inquietar por un instante al absoluto dominador de esta era en la categoría, aunque por lo menos pudo rebañarle la vuelta rápida en el último giro.

Ricciardo hizo una carrera inteligente, llevando al Renault al máximo de sus posibilidades, sin errores estratégicos y con sus manos calientes evitando sustos por parte de un Checo Pérez que llevó su Racing Point al cuarto puesto, justo por delante de un Sainz que sin alardes, pero también sin errores salvo una pasada de frenada en la relanzada tras el coche de seguridad que le impidió atacar más a fondo al mexicano y al australiano, ganó cinco puestos para acabar quinto. Un quinto para disfrutar, pero en la casa del Nano gustó más el tercero de ese monoplaza amarillo y negro que hace soñar…