| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rajoy, atónito ante la mala relación con Sánchez.
Rajoy, atónito ante la mala relación con Sánchez.

Rajoy se salta el guión y cuenta la verdad de su relación con Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno habla de su relación con el líder de la oposición y lo que dice no es alentador. ¿Ha cenado con un marciano?, pregunta irónico para describir su nula afinidad.

| ESdiario Medios

A estas alturas no es ningún secreto que el presidente del Gobierno en funciones, y líder del PP, Mariano Rajoy y el secretario general del PSOE, y líder de la oposición, Pedro Sánchez tienen una muy mala relación personal. No se tragan y esa falta de química, desde luego, es una de las claves por las que no han llegado a un acuerdo por el bien de España y persiste así el "no es no" del socialista. 

Pero este domingo El País va un poco más lejos y aporta algún detalle concreto sobre esas relaciones y lo que desesperadamente cuenta el presidente del Gobierno en funciones cuando es preguntado por círculos íntimos o, por ejemplo, por líderes europeos que no entienden la situación de bloqueo del país. Así, dice el diario, Rajoy reconoce, en privado, que es “la peor que ha tenido nunca” con ningún interlocutor en sus 34 años de amplia carrera política. “¿Han cenado ustedes alguna vez con un marciano?”, ha comentado a interlocutores que le preguntan por la razón última de que ambos no se entiendan. En las cumbres internacionales los jefes de Gobierno le preguntan por la situación en España, le expresan casi de manera generalizada su apuesta por la gran coalición entre PP y PSOE y Rajoy tiene que reconocer, preocupado e impotente, que no puede hacer más.

Son algunos de los detalles que aporta la crónica de El País que además revela que Rajoy aún no ha llegado a comprender bien qué le pasa con Pedro Sánchez. Ha pasado por todos los cargos y escalas de la responsabilidad política, ha negociado con todo tipo de rivales y compañeros de partido y siempre había sido capaz, hasta ahora, de trabar al menos en privado un método de relacionarse y trabajar que le hacía imprescindible e impermeable. Algunos de sus adversarios cometieron el error de minusvalorarle. 

Rajoy, dice el periódico, ha intentado conectar con todos los líderes, con Sánchez y no salió. Creyó que era cuestión de insistir. Comprobó luego que tampoco conectaba bien con Albert Rivera, el líder de Ciudadanos. “Con Rivera la relación no es magnífica pero al menos se puede hablar y proponer cosas”, ha confesado a sus íntimos y luego ha ratificado en público que las negociaciones de este verano entre ambos partidos han servido para poner en marcha una alianza que quiere conservar.

Con el que mejor se lleva, bajo la protección de la discreción, es con Pablo Iglesias, el líder de Podemos. “Claro, nunca podré acordar nada con él porque es imposible, tenemos dos concepciones distintas de casi todo, pero es agradable y se puede conversar de todo”, admite cuando se le cuestiona en confianza sobre sus contactos privados con el adalid de la lucha contra la casta política que tan bien representa.

Sánchez es un “chisgarabís”

Rajoy considera a Sánchez un “chisgarabís”, dice el periódico, y descalifica la mayoría de sus propuestas e ideas como “un chiste”. Han celebrado casi media docena de encuentros y en ninguno ha superado la membrana en la que el secretario general del PSOE se envuelve para protegerse de sus intentos frustrados de seducción. En algunas citas Sánchez le ha espetado ya en el primer minuto algún comentario tajante y contundente para cerrar cualquier atisbo de duda. Rajoy sabe que Sánchez no le traga y piensa que le rehúye. Jamás ha tenido la deferencia, por ejemplo, de comentarle cuáles son sus planes y qué piensa hacer en el futuro.

En la última reunión, justo un día antes de su intento fracasado de investidura, utilizó casi el momento del saludo y apretón de manos para avanzarle su voto contrario y apuntarle que ahora tocaba esperar a ver el resultado de las elecciones autonómicas vascas y gallegas. “Y luego ya veremos”, le comentó con desdén. Rajoy interpretó bien que esa frase no albergaba ninguna esperanza y que “no significa nada”. El candidato del PP ha llegado a la conclusión de que Sánchez solo quiere ganar tiempo en su pugna por asentarse como aspirante socialista a unas terceras elecciones.