| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Bascuñana: "Espero haberme ganado la confianza para repetir como candidato"

El alcalde de Orihuela acusa al conseller Marzà de hacer un flaco favor al valenciano en las zonas castellanoparlantes y defiende los trasvases como única solución ante la falta de agua.

| Álvaro Errazu Edición Alicante

El futuro del alcalde de Orihuela parece haber cambiado en cuestión de semanas. Los socialistas descartaron la moción de censura por falta de apoyos al inicio del verano. Poco antes, Emilio Bascuñana acertó en su apuesta por Pablo Casado. Nadie duda ahora que será de nuevo el cabeza de cartel del octavo municipio de la Comunitat y uno de los principales graneros históricos del PP.

La política es ilusionante pero también está llena de zancadillas. Esa reflexión es suya y reciente.

La inmensa mayoría de los que decidimos implicarnos en política lo hacemos con la intención de servir a la ciudadanía, por vocación con el servicio público. En el día a día, hay gente que va perdiendo el norte e incluso recurre al todo vale. Esas prácticas, que, por desgracia, se vuelven más frecuentes de lo deseable, al final lo que hacen es dificultar que la gente normal quiera participar de una actividad tan expuesta como es la política. Es normal que miren la gestión con lupa y te evidencien errores, pero no lo es que se recurra a descontextualizar y a la mentira.

¿Dónde hay más adversarios: entre los contrarios o en la propia organización?

Los que más duelen son los propios, los que deberían ser tus colaboradores. En cualquier actividad empresarial hay adversarios de todo tipo. En política es más escandaloso o llamativo cuando algunos de esos adversarios salen de las propias filas. Todos los que queremos trabajar con honradez y con ideas claras por cambiar determinadas inercias al final nos vemos envueltos en esas resistencias, en esas reacciones para que todo siga igual. Los que quieren que todo siga igual lógicamente se rebelan ante los que queremos que cambien para bien.

Orihuela estuvo paralizada la pasada legislatura. Hemos necesitado dos años para darle la vuelta con ilusión y, sobre todo, con trabajo y seriedad para solucionar los problemas. Cuando no se puede desprestigiar la gestión se recurre a otras prácticas.

-¿Se está refiriendo a la acusación de los socialistas y Compromís de que cobró como funcionario sin ir a trabajar la pasada legislatura?

Han hecho tantas acusaciones... Esa, además de mentira, ha sido escandalosa y ruin. También hubo otra sobre supuesto espionaje. Ese tipo de actuaciones al final descalifican a quien las hace. Todo ello es ridículo. Es una pena. Hay gente joven que podría hacer una oposición constructiva con aportaciones y, sin embargo, se han centrado en lanzar acusaciones y tratar de desprestigiar. Han sacado mentiras de todo tipo, cosas patéticas.

Nada más llegar a la alcaldía, el interventor y el secretario me pasaron un informe sobre la situación económica. Llamé a los portavoces de los grupos de la corporación para que participaran de esa información. Recuerdo que el interventor dijo en esa reunión que teníamos una deuda de 62 millones de euros. Delante de todos los portavoces, dí cuenta a los medios de comunicación de la deuda. Mi primera gran sorpresa fue comprobar como Carolina Gracia, concejal del PSPV y responsable de hacienda en la legislatura anterior, me acusaba de mentir y negar un informe oficial.

Al final se está jugando con un todo vale intentando manipular a la ciudadanía para quitar el foco de donde en verdad debe estar, que es solucionar los problemas.

-¿Desea repetir como candidato?

Espero haberme ganado la confianza de mi partido, que es el que tiene que proponerme como candidato, y por supuesto la de los ciudadanos, que son los que al final me tienen que nombrar alcalde. Claro que estoy dispuesto y mi voluntad es repetir como candidato y como alcalde. Este equipo ha hecho un gran trabajo y nuestra ilusión es terminar los proyectos iniciados. Orihuela tiene grandes necesidades y ahora algunas están encarriladas y otras en vías de solución. Y para concluir este proyecto necesitamos una legislatura más. 

-¿Cuáles son las prioridades?

La Generalitat nos tiene desatendidos. En el plan de infraestructuras, no se va a invertir prácticamente nada en la comarca de la Vega Baja pese a las necesidades para el desarrollo de nuestro presente y futuro. Me estoy refiriendo a la conexión del interior con la costa, ese desdoblamiento de la CV-95. Parece que se rían de nosotros con esa cuestión. De 18.000 millones que se van a invertir en doce años en la Comunidad Valenciana, para esta obras podría hacer falta como mucho 200 millones. No entendiendo que de esos 18.000 millones no pueda haber una pequeñísima parte que es lo que le correspondería a esta necesidad de Orihuela. ¿De verdad no piensan atender nuestra necesidad hasta más allá de 2030? Eso es reírse de este municipio y de esta comarca.

Parece que seamos el sur del sur y que nos quieran empujar... Pero hay otras muchas infraestructuras necesarias. La ampliación del hospital, no solamente con la construcción de un nuevo edificio de consultas externas y de los quirófanos, sino también de la plantilla necesaria para que los ciudadanos del sur del sur, de la comarca de Orihuela, La Vega Baja, tengamos servicios en equidad con la Comunidad Valenciana.

Podría hablar de la parada del AVE, que el ministerio se comprometió a tenerla porque era necesaria, y que eso derive con una mejor comunicación con el resto de la comarca y la costa, bien a través de la CV95, o todavía mejor un enlace con ferrocarril o con tranvía.

Cuestiones más locales como el palacio de Rubalcaba, que va lento pero con paso firme. Hay un proyecto además que me parece muy interesante, como es el Centro de Emergencias de la Costa de Orihuela. Este ayuntamiento ha hecho sus deberes y sin embargo la Generalitat nos emplaza a que, como en el Plan Edificant, pidamos los fondos y lo hagamos nosotros, una vez más que nosotros hagamos su trabajo. Están enredando y buscando una justificación para el retraso. Al final aquí hay una necesidad de un Centro de emergencias que tendría que estar cubierta desde 2010. Orihuela ha hecho lo que tenía que hacer y el Consell tienen los deberes pendientes y ahora piden ampliar el plazo.

Parece que lo que se pretende es hacernos sentir incómodos en nuestra propia casa.

-Con el Gobierno de Puig han conseguido los nuevos juzgados.

Hay quien dice que el presidente de la Generalitat tiene muy buen talante porque nos ha dado los famosos juzgados. Pues, efectivamente, accedió a hacer esa operación porque al gobierno valenciano lo pusimos contra las cuerdas. No tenía sentido que ese edificio (que siempre ha sido del pueblo y para servir a Orihuela) estuviera cerrado mientras el Ayuntamiento está pagando impuestos y alquilando otras instalaciones.

Aquí unos hemos venido a trabajar y otros a vender humo y ponerse medallitas. Esa es la conclusión que sacamos. No acabamos de entender por qué la ciudadanía no lo percibe. Parece que se creen todo lo que se les cuentan, y no han estado atendiendo la solución del Centro de Emergencias de la Costa, la imperiosa necesidad de desdoblar la CV95, para permitir el desarrollo y por seguridad de los usuarios. Nos imponen el valenciano, no están atendiendo materias tan básicas como la sanidad. Tenemos un hospital con tantas carencias... Si tampoco están atendiendo la enseñanza, ¿me puede explicar usted a qué se dedica el Consell de la Generalitat Valenciana? ¿Qué servicio está dando para los ciudadanos a lo que en teoría representan?

No se puede castigar a la ciudadanía de la Vega Baja del Segura, y de otros tantos municipio repartidos por la Comunidad Valenciana, por no hablar valenciano, por hablar español.

-¿Los están empujando al sur del sur?

Orihuela está en el límite de la Comunidad Valenciana y siempre hemos tenido una gran cercanía con Murcia y un sentimiento muy íntimo de pertenencia a la Comunidad Valenciana. Somos un pueblo que nos sentimos muy orgulloso de ser valencianos y cantamos el himno valenciano en castellano, y se nos ponen los pelos de punta. Pero entre las maniobras del conseller Marzá y Compromís obligándonos a hablar valenciano y exigiéndonos hablar valenciano para acceder a puestos de trabajo en las administraciones, y las maniobras del Consell de no atender nuestras necesidades más básicas, pues, al final, parece que lo que se pretende es hacernos sentir incómodos en nuestra propia casa. La verdad es que a veces tenemos esa sensación y eso es peligroso.

-¿La lengua, motivo de división?

Los oriolanos hablamos castellano y no tenemos nada en contra del valenciano. No queremos que el valenciano no se desarrolle: Lo que no se puede es pretender imponer, porque se hace un flaco favor al valenciano. Las imposiciones generan siempre un rechazo.Y lo que no se puede hacer nunca desde luego es intentar promocionar una lengua a base de castigar a la lengua que hablamos, al castellano. No se puede castigar a la ciudadanía de la Vega Baja del Segura, y de otros tantos municipio repartidos por la Comunidad Valenciana, por no hablar valenciano, por hablar español. Este mes tuvimos el honor de tener aquí a toda la cúpula del Instituto Cervantes, con lo que ello representa en este tema tan sensible.

-¿Los concejales socialistas estarían de acuerdo con esa posición?

El PSOE e Izquierda Unida-LosVerdes tiene un discurso, a veces creo, excesivamente populista para sus afines. Un discurso con falta de rigor, de seriedad, y en algunos casos diría muy irresponsable. En este tema está claro que van en contra de los intereses de los ciudadanos a los que deberían representar.

-¿Le gustaría defender esos planteamientos como diputado autonómico?

Ya se están defendiendo a nivel autonómico y nacional.

-¿Denfenderlos usted en Les Corts Valencianes?

-Estoy muy cómodo aquí en Orihuela, en mi ayuntamiento. Estoy muy ilusionado con mi trabajo como alcalde. Hay veces que lamentablemente la oposición en vez de ayudar a construir lo que intentan es que el alcalde y quien está gestionando se sientan incómodos y distraídos y eso es una pena. Tengo muy buenos compañeros en Valencia, como diputados autonómicos y a todos los niveles en la administración y en el  partido, para atenderlo, y lo hacen muy bien.

-La primera reunión del Instituto Cervantes con su flamante director se ha realizado en su municipio.

Hay que agradecer a Juan Manuel Bonet, el anterior director del Instituto Cervantes, el interés que se ha tomado con Orihuela desde el primer día. Su primer acto oficial como director fue aquí, precisamente para presentar la programación de la conmemoración de Miguel Hernández. Siempre ha tenido una actitud de colaboración, de compromiso con Orihuela, y sabe del potencial como capital cultural de la Costa Blanca. Fue sustituido tres días antes de iniciar esa reunión aquí en Orihuela de directores del Cervantes, algo que lamentó él y lamentamos porque lo había preparado. Por otro lado, tuvimos la fortuna de que Luis García Montero, el nuevo director, al que también conocíamos anteriormente por su compromiso, vinculación y cariño con la obra de Miguel Hernández y Orihuela. Fue una oportunidad para que debutara como director del Cervantes. El encuentro salió muy bien y estoy muy agradecido a ambos. Hay que reconocer todo lo que han aportado tanto uno como otro.

 

-Usted defiende que Orihuela es la capital cultural de la Costa Blanca.

Por supuesto. Orihuela tiene un patrimonio espectacular en materia histórica, monumental, cultural y en recursos naturales. Tenemos unas playas inmejorables, dos clubes náuticos, cinco campos de golf... la huerta de Orihuela es un espacio de naturaleza envidiable, un espacio ecológico con un sistema de regadío milenario que por sí solo es una joya, disfrutar de lo que se produce en esa huerta. Desde la costa hasta el interior tenemos casi 70 kilómetros y nos da una variedad, incluso en esa gastronomía hay una variedad y una riqueza tremenda. Pocas ciudades cuentan con un casco histórico con tantos monumentos y bienes de interés cultural. Por todo ello, se hace difícil decidir qué promocionamos turísticamente para que la gente conozca: El Velázquez que está en el museo de Arte Sacro, que es el segundo de Europa en su categoría, o promocionamos el Colegio de Santo Domingo, que es un edificio espectacular y que fue la segunda universidad del siglo XVI del Reino de Valencia entonces. ¿Promocionamos la Iglesia de Santiago, donde se celebraron Cortes con los Reyes Católicos, la catedral que es uno de los monumentos nacionales y de las más pequeñas de Europa? ¿Ponemos el acento en Santa Justa o en la casa de Miguel Hernández, que se conoce en todo el mundo? Es una gran ventaja tener tanto patrimonio.

En estos años de sequía se han buscado alternativas y complementos, pero el agua del trasvase es algo que necesitamos para nuestro desarrollo. La solución pasa por la comunicación intercuencas y los trasvases.

-El Gobierno de Castilla La Mancha está cerrando un documento muy crítico con el trasvase del Tajo al Segura. ¿Temen un cambio en la política de agua del Ejecutivo de Sánchez?

Estamos preocupadísimos. El agua es un recurso imprescindible para toda la comarca. La agricultura junto con el turismo es el motor económico que nos ha mantenido a flote y nos ha sacado de la crisis. El agua es imprescindible para el sistema de regadío tradicional. En estos años de sequía se han buscado alternativas y complementos, pero el agua del trasvase es algo que necesitamos para nuestro desarrollo. La solución pasa por la comunicación intercuencas y los trasvases. No hay otra. La solución de la desalación es un complemento, algo para ayudar. La necesidad de agua para nuestra comarca y para todo el sureste español no se puede cubrir con la desalación. ¿Cómo no vamos a estar preocupados si el presidente del gobierno actual Pedro Sánchez manifiesta abierta y públicamente que no va a permitir los trasvases, que no va a haberlos siendo él presidente del Gobierno? Eso lo dijo recientemente, y al día siguiente se tuvo que desdecir ante las presiones de Ximo Puig y demás que no creen en esto, pero que lo dicen. Aquí hay una cuestión de base: hay gente que no practica la seriedad en política. Un día dicen que que no a consentir los trasvases y al otro dice que sí, que apuestan por ellos. Y al final engañan a la gente y hacen lo que de verdad sienten.