| 25 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Carles Puigdemont, junto al líder de la Asociación Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez.
Carles Puigdemont, junto al líder de la Asociación Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez.

El ala dura presiona in extremis a Puigdemont por miedo a que se eche atrás

La ANC, el auténtico poder fáctico del "procés", ha convocado una concentración a las puertas del Parlament a la misma hora que el Pleno de este martes. La CUP también avisa.

| ESdiario España

A estas alturas todos los actores políticos, económicos y sociales del país coinciden en un lamento: pase lo que pase este martes a partir de las seis de la tarde en el Parlament, nada será igual en Cataluña. Y puede que durante muchas décadas.

La Generalitat enmudeció este lunes alimentando la ambigüedad sobre el discurso que Carles Puigdemont pronunciará desde la tribuna de la Cámara catalana, mientras un creciente sector del PDeCAT y otro no menos importante de Esquerra abogan por que el presidente no declare de forma unilateral la independencia y levante, en cierta medida, una especia de bandera blanca.

Pero como habían advertido los líderes de los partidos constitucionalistas y el propio Mariano Rajoy, Puigdemont se ha topado con el peor escenario posible, la presión cuando no el chantaje mismo de quien le ha suministrado estos últimos meses la munición social para su desafío. Y la prueba de que el procés no está ya en manos de un reducido grupo de dirigentes políticos.

Por ello, viendo que el inquilino de la Generalitat parece flaquear en las últimas horas -sobre todo tras la deserción masiva de las empresas señeras catalanas-, la Asociación Nacional Catalana ha decidido someter a Puigdemont a una asfixiante presión. Así, la plataforma que lidera Jordi Sánchez ha convocado a sus militantes a concentrarse este martes a las 18.00 cerca del Parlament, a la misma hora en la que arrancará el pleno en el que comparecerá el presidente de la Generalitat.

La CUP, ANC y Ómnium exigen la independencia sí o sí. Y recuerdan a Puigdemont bien claro: "el acuerdo político es ese"

Bajo el lema ¡Avancemos al lado de nuestras instituciones! Sí, hola república', la ANC pide llenar el paseo Lluís Companys -que desemboca en la puerta del parque de la Ciutadella, donde está la sede del legislativo- y en el contiguo paseo de los Til·lers -ya dentro del parque, y cerca del Parlament-. No contentos con este llamamiento, el secretariado nacional de la plataforma independentista difundió un vídeo a primera hora en el que exige a Puigdemont que anuncie ya la llamada DUI, la declaración unilateral de la independencia.

Una postura similar a la que ha impuesto la CUP en sus últimos mensajes a los dirigentes de Junts Pel Sí. Su diputado Benet Salellas afirmó este lunes que confía en que el presidente de la Generalitat proclame la independencia de Cataluña y advirtió: "El acuerdo político es ése".

La situación alcanza tal extremo de tensión que el propio presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña adoptó este martes una novedosa iniciativa: relevar a los Mossos por la Policía Nacional en la custodia de la sede del tribunal. José María Barrientos cursó esta orden al máximo responsable de la Policía en prevención de lo que pueda suceder dentro y fuera del Parlament.

El silencio de Puigdemont y su vicepresidente, Oriol Junqueras, y la anunciada movilización de los simpatizantes de la CUP, ANC y Ómnium, provocó diversas reacciones desde el bloque constitucionalista. La más contundente, la del vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, que advirtió a Puigdemont y sus socios de que si siguen adelante con una declaración unilateral de independencia pueden acabar como el expresidente de la Generalitat Lluís Companys, que fue encarcelado tras proclamar la república catalana el 6 de octubre de 1934.

El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, ante los periodistas este lunes tras la reunión del Comité Ejecutivo del partido.

 

"La historia no hay que repetirla y esperemos que mañana no se declare nada porque a lo mejor el que lo declare acaba como el que lo declaró hace 83 años", advirtió Casado en una rueda de prensa tras la reunión del comité de dirección del PP, que presidió el propio Mariano Rajoy. Y acto seguido, Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y Bildu arremetieron contra él por sus palabras. 

Casado recalcó que Puigdemont debe saber que "la épica del momento" o "los anabolizantes de la gente" que le aplaude se va a dar "de bruces contra el banquillo". "Yo ya le dije el otro día, deje usted de preparar discursos patéticos y prepare su declaración ante el juez", remachó. Es más, Casado recordó que eso mismo puede pasar al presidente de ANC, Jordi Sánchez, al de Òmnium, Jordi Cuixart, y al mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero

También este lunes volvió a escucharse la voz del líder del PSOE, Pedro Sánchez. "Una declaración unilateral de independencia no tiene cabida en ningún estado social de derecho. Por tanto, al igual que tendemos la mano para dialogar, también apoyaremos la respuesta del Estado", recalcó desde Barcelona.

Plante en el Congreso de Esquerra y PDeCAT

Mientras, los diputados de ERC y de PDeCAT anunciaron que tampoco asistirán este martes al Pleno del Congreso y que retirarán del orden del día las dos mociones sobre el referéndum secesionista del pasado 1 de octubre que habían registrado, con las que pretendían que la Cámara Baja reconociese los resultados de esa consulta. Sí acudirán, no obstante, al Pleno de control del Senado previsto para la misma tarde.

En el orden del día del Pleno de este martes, el Congreso tenía previsto el debate de sendas mociones de Esquerra y del PDeCAT sobre el 1-O, coincidiendo en el tiempo con la comparecencia en el Parlament del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la posible declaración de independencia de Cataluña.

Sin embargo, los independentistas catalanes han decidido retirar ambas mociones, que instaban al Gobierno de Mariano Rajoy a reconocer el resultado del referéndum y a abrir inmediatamente negociaciones con la Generalitat. Ambos textos eran consecuencia de las interpelaciones que dirigieron al Gobierno en la sesión de control del pasado 27 de septiembre.