| 16 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ni contigo ni sin mí

Ese sentimiento tan poderoso de pérdida, de ya no tener el control, de esa pérdida de poder, hace que el hombre extremadamente violento actúe buscando el momento para ´vengarse´

| Enrique Arrúe * Edición Valencia

Nos damos cuenta por las estadísticas y noticias de la televisión que determinados “perfiles de maltratadores” muestran a alguien que los demás no saben que es un maltratador. De modo que están en la sociedad sin que nadie sospeche de ellos.
Estos maltratadores, después de saber que su pareja sentimental quiere irse y separarse, están pensando qué hacer, cómo pararlo, cómo impedirlo, pero los demás siguen desconociendo lo que pasa, porque probablemente nadie lo sabe.
La sospecha hace que el hombre se plantee acciones y su emoción se dispara al más alto grado de ira y enfado, nublándole la razón. Su gran elevación de las emociones hace que desaparezca la lógica, el sentido común del maltratador, pero claro… está camuflado en la sociedad y los demás no saben qué es capaz de hacer, es un tipo de perfil distinto de otros, alguien sutil, que tal vez parezca un buen tipo, que probablemente utilice un maltrato psicológico elevado en la vida privada, muchas amenazas en su entorno y muchas desavenencias. Sin embargo, la víctima teme decir nada. No es el típico individuo que se muestra su violencia tal y como es, que se muestra o que se conoce su agresividad.
Complicada situación para una víctima que no sabe ni siquiera qué es capaz de hacer -su pareja- ante una mala noticia… para él. En ocasiones es imprevisible cómo actuará, que le pasará por su pensamiento.
Hemos visto en muchísimas ocasiones que uno de los motivos principales de una agresión súbita machista que acaba con lesiones considerables o incluso la muerte, es que el maltratador piense que su mujer lo va a abandonar, que va a romper la relación, que va a iniciar otro tipo de vida.

Ese sentimiento tan poderoso de pérdida, de ya no tener el control, de ya no dominar absolutamente la situación, de esa pérdida de poder, hace que el hombre extremadamente violento actúe de una forma espontánea, buscando el momento adecuado para “vengarse”, porque no es posible separase de él, no puede consentir esa decisión. Si no puede convencerla adoptará la peor medida posible.
Sabiendo esto, debe de tenerse en cuenta que existe un peligro concreto, que no abstracto, de que ese sentimiento emocional tan poderoso en una persona que no atiende a la razón, que no escucha ninguna explicación, que no entiende lo que sucede porque es un ególatra, que no reflexiona no queriendo dialogar y sobre todo que no permitirá la ruptura, un pensamiento obstinado y cerrado al entendimiento. Claramente, esto es un indicador clave para saber que esa mujer está en riesgo extremo de que le suceda algo presuntamente de consideración grave.
El estudio empírico de las estadísticas clasificadas por casos y de los criminólogos es esencial, necesario para determinar todos los factores que indican la peligrosidad que tiene una persona por el simple hecho de tomar una seria decisión en su situación de pareja. Esa evaluación y las posibles medidas de prevención pueden salvar la vida a muchas mujeres. En el tema de legislación penal los expertos deberían valorar estas situaciones que son el detonante de una impulsividad descontrolada, de una acción súbita en cualquier momento. Se disparan las alarmas.
La celopatía es también un riesgo añadido, los celos, a veces sin justificación. No lo olvidamos que es otro riesgo más y también un motivo para el comportamiento violento del maltratador.
Si nadie sabe lo que ocurre en su vida familiar (porque nunca lo ha denunciado, ni comentado a nadie) aún tendrá un grado mayor de peligro y tiene pocas posibilidades de defensa (solo hay que mirar las últimas noticias acontecidas).

Busque una forma prudente de protección, asesórese bien, cuente a personas de confianza lo que le ocurre y no deje evidencias que la pongan en peligro

Busque una forma prudente de protección, asesórese bien, cuente a personas de confianza lo que le ocurre y no deje evidencias que la pongan en peligro, póngase en contacto con profesionales en la materia, no se deshaga de aquellas pruebas que confirman el maltrato y antes de separarse, se protege usted por todos los medios legales de los que disponga. Si el problema es gravísimo piense que tiene que hacer algo.
Los teléfonos móviles y los mensajes de correo electrónico hoy en día dejan muchas pruebas que se pueden confirmar por medio de un “perito informático” y sirven como prueba en un juicio.

*Oficial de Policía Local y Grupo EmeDDona.