Mucha creación, poco remate (1-1)

Si en vez de una crónica, esto fuera una película, empezaríamos viendo las máquinas que entran a un quilómetro de Mestalla para cargarse un gran tramo productivo y simbólico de huerta, a cambio de ganar dos carriles para mejorar la siempre congestionada V21.

Paralelamente, Lim aparece viendo el Gran Premio de Singapur a la misma hora del partido de Mestalla, mientras miles de aficionados del Valencia le gritan ‘Peter vete ya’, agitando parte de las 33.000 repartidas para el calor. En definitiva, lloran sobre las acciones derramadas. Muchas de ellas, vendidas por parte de algunos para lucrarse cuando multiplicaron su valor. Del mismo modo, la mayor parte de la huerta ya se destrozó en su momento para dotar de cuatro carriles a la Ronda Nord, por ejemplo. Tristemente, solemos llegar tarde y sólo hacemos ruido a destiempo.

Si hablamos de fútbol, la llegada de Celades ha permitido que el equipo recupere alegría y gusto por el toque, combinada con pragmatismo. En el fútbol actual, debes ser fuerte físicamente. Si además juegas con tres delanteros, el medio del campo ha de ser de máxima contención. Con Coquelin y Kondogbia custodiando a Parejo en la medular, Celades ha logrado un equilibrio ideal.

Como curiosidad, Rodrigo manda a callar a la grada mientras algunos cantaban ‘Marcelino, Marcelino’. A los pocos minutos, el público también coreó el nombre del nuevo entrenador.

En el minuto 17, leve pugna con el brazo entre el defensa del Leganés y Rodrigo. Estrada Fernández pita penalti sobre el delantero del Valencia, a pesar de que el contacto parecía insuficiente. Es más, era Rodrigo quien más presionaba. Si eso es penalti, debería haber muchos más en cada partido. Dani Parejo marca por el centro, a media altura, con su solvencia y sutileza habitual.

En el minuto 23, el jugador del Leganés Óscar Rodríguez envía una falta al poste. Desde luego, es curiosa la poca fortuna del equipo del bueno de Pellegrino en este inicio de temporada, en la que ha conseguido un punto y sólo ha marcado dos goles en cinco partidos.

En el minuto 35, empata el Leganés con un gol de Óscar Rodríguez, revisado con suspense por posible fuera de juego. Acaba la primera parte con Rodrigo como el jugador más activo en el Valencia.

En la segunda parte, Guedes entró más enchufado, vertical. La grada tiene ganas de Gonçalo. Gayà se retiró cojeando en el minuto 55 y dio entrada a Jaume Costa. El segundo cambio del Valencia, en el 59, provocó la entrada de Kang In Lee, a cambio de la marcha de Maxi. El surcoreano pasó a ocupar la posición de Rodrigo en la banda y el hispanobrasileño, subió a la punta.

Con Kang In, el equipo gana en la creación de juego. Tiene que mejorar físicamente, pero la visión que tiene, su forma de jugar con la cabeza alta, es esencial para el equipo. Es una buena noticia que juegue el virtuoso jugador al que Marcelino condenó a un segundo plano, sin planificación alguna sobre su futuro.

El Valencia genera mucho fútbol con Celades aunque le falta llegar más al área. Es por eso que apenas narramos remates a la portería de Soriano. En el minuto 82, último cambio en el Valencia, con la retirada de Coquelin para dar entrada a Ferran Torres, en busca de más profundidad. El joven jugador de Foios aportó desequilibrio y ganas durante los escasos minutos de los que disfrutó.

La última ocasión clara fue para el Leganés. Kevin Rodrigues estuvo cerca de marcar el gol de la victoria del Leganés, cuando disparó sólo ante Cillessen.

Final de partido. En resumen, el Valencia actual es un club opaco y en él prima la voluntad de negocio. También hay que reconocer que este equipo juega con más alegría que antes. Siempre florecen las acacias después de los incendios.

PD: El paseo por la huerta de Valencia, desde el norte, intuyendo que al fondo está el templo de Mestalla, era un privilegio casi onírico del que algún día, tristemente, tendremos que despedirnos.