| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Rajoy presidiendo la reunión del Comité.
Rajoy presidiendo la reunión del Comité.

Rajoy se toma unas largas vacaciones con el PP sumido en el pesimismo

Mientras Aznar reclama el Congreso del partido, los populares velan armas a la espera de ver si finalmente su presidente puede formar Gobierno. Él ha decidido poner tierra de por medio.

| Ana Isabel Martín España

El Partido Popular vive sumido en un mal sueño desde la noche del domingo. Mariano Rajoy y su equipo sabían que su resultado no iba a ser bueno, pero daban por hecho que podrían sumar con Ciudadanos para mantenerse en La Moncloa. Y resulta que Albert Rivera no cumplió las expectativas. "Nadie contemplaba seriamente la posibilidad de acabar en la oposición", explicaba a ESdiario un destacado miembro del comité de campaña.

Cuentan que, a diferencia de hace cuatro años, el presidente pasó la noche electoral encerrado en su despacho, ensimismado, con las solas visitas de María Dolores de Cospedal, Jorge Moragas, los vicesecretarios generales del partido y un puñado de ministros, con Soraya Sáenz de Santamaría a la cabeza. Fue una velada triste la que se vivió en Génova 13, aunque el núcleo duro saliera al balcón haciendo de tripas corazón para no dar sensación de derrotado.

Rajoy estaba y está para pocas bromas, máxime después de que el mismísimo José María Aznar dinamitara el Comité Ejecutivo Nacional que el PP celebró este lunes -y al que no iba desde hacía cuatro años- abriendo el melón de sucesión al pedir que el partido celebre su Congreso, que ya toca, y que sea abierto.

El jefe de filas de los populares dio largas al presidente de honor de su partido aplazando ese cónclave hasta después de que haya un Gobierno, y rizando el rizo anunció que se presentará a la reelección al frente del PP porque sigue teniendo ánimo y ganas. ¿Qué otra cosa podía decir en público, aun siendo consciente de que tal vez no le dejen?

Hace tiempo que Rajoy sabe que si no consigue prorrogar su estancia en La Moncloa el partido se le echará encima, señalándole como único culpable de un fracaso en diferido, como la indemnización de Luis Bárcenas, que tanto daño ha hecho a la formación: las alarmas saltaron en las europeas, cuando el PP perdió un tercio de su electorado y la mitad de sus eurodiputados; volvieron a sonar en las andaluzas, con un candidato, Juan Manuel Moreno, que era apuesta personal de Rajoy (en contra incluso del criterio de Cospedal); y se convirtieron en ensordecedoras en las municipales y autonómicas de mayo.

Entonces el PP perdió 2,5 millones de votos y ocho de sus mayorías absolutas. Como remate llegaron las catalanas y la advertencia de Aznar -pidió corregir el rumbo antes de las generales-, que no pocos compartían aunque de puertas afuera escenificaran un cierre de filas. Con esos precedentes, no es de extrañar que tras el 20-D las culpas tengan un único destinatario.

Son mayoría en el PP los que creen que Sánchez formará Gobierno le cueste lo que le cueste

¿Y ahora qué? Cunde el pesimismo en el PP a sabiendas de que una abstención de C's no es suficiente, sino que necesitarían también la del PSOE. Rajoy lo va a intentar, sí, pero son mayoría entre los populares quienes piensan que Pedro Sánchez no desaprovechará la oportunidad de pactar con Podemos y los nacionalistas. Por contra una minoría confía en que el establishment socialista vea los riesgos que entraña una alianza tal y no se atreva.

En cualquier caso, Rajoy ha decidido tomarse unas largas vacaciones y poner tierra de por medio cuando su partido está desmoralizado y con la formación de Gobierno en el aire (el 13 de enero se constituyen las Cortes y para entonces quiere haber hablado con todos). Según ha sabido este periódico, el presidente se marcha este miércoles víspera de Nochebuena a Pontevedra para pasar la Navidad en familia y, salvo cambio de agenda, no tiene previsto volver a Madrid hasta el domingo 3 de enero.

Mientras tanto en el partido velan armas. "Esto es como una olla a presión", señala gráficamente un miembro del Comité Ejecutivo Nacional. De momento, que Rajoy tenga posibilidades de ser presidente mantiene las críticas a raya; y de hecho casi todas las intervenciones en la reunión, de una "enorme generosidad" según él, fueron encaminadas precisamente a respaldar su decisión de intentar formar Gobierno. Pero si no lo consigue no tendrá donde ponerse a cubierto.