| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Susana Díaz tiene mucho que callar respecto a su gestión.
Susana Díaz tiene mucho que callar respecto a su gestión.

El Gobierno se guarda información sensible de la gestión catastrófica de Susana

El PP va a seguir tratando con guante de seda a la presidenta sureña en medio de las primarias del PSOE, a pesar de que la crítica a su "obra" en la Junta de Andalucía no puede ser más fácil

| Carlos Dávila España

El éxito está sorprendiendo a la propia empresa. En efecto: si en estos escasos días que restan para terminar este marzo voluble e intemperante no se tuercen las tendencias, el primer trimestre de 2017 será bastante mejor que el correspondiente de 2016 en dos datos básicos: el crecimiento económico y la bajada del paro, o la creación de empleo, eso a gusto del consumidor.

Los organismos internacionales, desde el Fondo Monetario Internacional a la OCDE, van a quedar peor que Rappel cuyas profecías, ya se sabe, fallan más que una escopeta de feria. El crecimiento económico no se ha frenado y es posible que incluso se acelere hasta llegar al 2,8 en diciembre. Tres décimas por encima de las mejores previsiones para este año que corremos.

Por lo que respecta al paro, la cifra de marzo será optimista y mejor aún lo será, según se prevé, la del próximo abril, eso, desde luego, si la Semana Santa no se mete ni en lluvias, ni en vientos, y las Cofradías salen a las calles y las gentes se van a la playa a tostarse con los primeros soles. Lo comprobado es que la construcción mueve ladrillos por todas partes, que el paisaje de grúas desplegadas ha vuelto a nuestros horizontes urbanos, que la industria abre naves y que los servicios, preferentemente la hostelería, engordan el empleo.

Esta pasada semana en un sarao gastronómico de los que se celebra en Madrid casi a diario, la comidilla, nunca mejor dicho, era ésta: “Cada 24 horas se inaugura un restaurante en la capital”. O quizá dos. O tres. La oferta está disparada.

Conociendo como los conoce estos adelantos, Rajoy está contento. Enfadado, lo que se dice enfadado, sólo se puso el día en que Ciudadanos sorprendentemente y contra todas las luces de la razón y de la Unión Europea, pasó la mano por el lomo a ese cuerpo de élite que forman los estibadores y permitió que España esté a punto de tener que pagar una multa de ¡134.ooo euros diarios! Ese día el presidente miró a Rivera y se calló lo que piensa de él que no es otra cosa que ésta: “Este tipo es infiable”.

El Gobierno en general sueña con la “probable posibilidad” de que el presunto escándalo de Murcia se quede en agua de borraja, y Pedro Antonio Sánchez salga liberado del pollo montado por un fiscal cuya señora es la abogada del PSOE y promotora de las acusaciones contra el presidente de la Región. La impresión que da es que cada vez que el Gobierno y su partido recomiendan calma a los socialistas y a Ciudadanos, les están avisando de algo así como esto: ¡Ojo, que a lo peor os vais a quedar con el rabo entre las piernas!”.

Si hay Presupuestos, hay vida y legislatura, sin estos, la legislatura entrará en la UCI, las cuentas se prorrogarán y empezarán a construirse las del 2018 

Al Gobierno le preocupa que la subversión política, la sedición del orate Mas y su muchachada de fanáticos separatistas no cuaje en Europa donde la Generalitat del “beatle” Puigdemont se está gastando todo lo que no se gasta en la penosa red hospitalaria de Cataluña, y le obsesiona también que los Presupuestos de Cristóbal Montoro no pasen el fielato del Congreso de los Diputados.

A este respecto, las cosas están como sigue: el PNV definitivamente ha dicho que sí. Es falso de toda falsedad por cierto que Urkullu haya puesto como condición una exigencia política: el acercamiento de los presos, o sea de los terroristas, a las cárceles vascas. Mentira: el ministro del Interior no ha recibido ni una sola instrucción en este sentido.

Con el PNV atado a base de dinero y más dinero, con el apoyo de Coalición Canaria, y en la confianza de que Rivera no haga otra de las suyas y de nuevo deje con el tafanario al aire a sus propios negociadores, el Gobierno confía en que, como mal menor, la enmienda a la totalidad decaiga en la tercera votación del Congreso y el empate correspondiente, 175 versus 175, permita que el tocho del citado Montoro pase a la Comisión parlamentaria.

Si hay Presupuestos, hay vida y legislatura, sin éstos, la legislatura entrará en la UCI, las cuentas se prorrogarán y empezarán a construirse las del 2018, que en esta tesitura tendrán menos porvenir que Errejón en Podemos. Entonces sí; entonces, a las urnas. Rajoy podría cantar con sonsonete aquel reclamo célebre de Martes y Trece: “¡Oiga, él no quería!” y el único que realmente se frotará las manos es el burdo Pablo Iglesias.

Y eso sí, en Bruselas todos se echarán las manos a la cabeza, sobre todo por contemplar asombrados cómo los políticos españoles intentan volar una recuperación, la española, que ya empieza a estudiarse en las escuelas de Economía de todo el continente. Vistos los excelentes datos que el cronista recoge al principio, sólo quedan dos preguntas por hacer: una, ¿la sedición catalana pondrá en riesgo a todo un país, uno de los cuatro motores de la Unión? y dos ¿el PSOE y Ciudadanos nos llevarán a otras elecciones donde pueden pegarse un tortazo de aúpa? Pues las dos cosas son probables: esta es la tierra en la que el sentido común es el menos común de los sentidos, ya se sabe.

La incógnita de Susana Díaz 

Si el peor de los escenarios se consagra como cierto, si las pistas conducen a ese resbalón histórico, Rajoy abandonará la bonhomía con que está tratando al PSOE y le atizará de lo lindo. El presidente entiende que Susana Díaz no quiera hablar de apoyos presupuestarios antes de las primarias porque no quiere dejar a Sánchez o al pobre López, la primogenitura de la oposición al PP, pero pretende que se le reconozca su connivencia con el proceso de rehabilitación socialista porque, como decía esta semana pasada una ministra: “Hay que ver qué calladitos estamos”.

Ya con Susana, la faraona andaluza que quiere colonizar el resto de España, en la liza por la Secretaría General del partido, el PP va a continuar portándose como un chico bueno a pesar de que la crítica a la todavía presidenta sureña, no puede ser más fácil. Su gestión es un monumento a la torpeza y a la ineficacia.

Por ejemplo: sepan que su Gobierno no es ni siquiera capaz de utilizar adecuadamente los más de 1.000 millones de euros, 1.052 concretamente, que el Ejecutivo de Rajoy le ha enviado para movilizar la Formación en su comunidad, hasta el punto de que nada menos que 800 le han sido devueltos al Ministerio de Empleo y Seguridad Social porque la señora Díaz y su equipo no han sabido ni cómo gastarlos.

O sea, que política hábil sí, pero gestora lo que se dice gestora, la lideresa andaluza lo es más bien muy poco. Pero por ahora, al Gobierno no le conviene revolver estos datos; más le importa que se entienda lo bien que marcha el crecimiento económico y cómo disminuye, pianito pianito, el paro. Los datos, como queda registrado, están sorprendiendo a la propia empresa.