| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Obituario de Don Tancredo

La salida traumática de Rajoy mediante una moción de censura cierra una etapa y, para el autor, abre una reflexión sobre cuál es su auténtico legado en las grandes cuestiones de España.

| Samuel Vazquez / Club Viernes Opinión

 

 

Corría el año 1898 cuando un mediocre torero patrio llamado Tancredo López decidió hacer las Américas para buscar la suerte y fortuna que no encontraba en España. Andaban en esos días por la vieja Habana de celebración por haberse librado ese mismo año de lo que ellos creían era el yugo español cuando arribó a la ciudad el joven valenciano. 

Como todos los países latinoamericanos, en Cuba también descubrirían pronto que vencer a la supuesta opresión  de la nación española que había llevado a aquellas tierras a través de sus soldados alfabetización, hospicios, universidades y leyes, no abundaría en la mejor vida de sus ciudadanos, sino que abriría paso a un tiempo de intereses bastardos donde los mismos agitadores populistas que habían clamado contra  nuestro imperio, intentarían repartirse el botín del nuevo mundo.

Así Cuba pasó pronto a ser primero colonia americana y luego pasto durante décadas de las dictaduras azules y rojas de Batista y los Castro. Sarna con gusto no pica.  Pero aún no había llegado ese momento, y en La Habana estaban de fiesta.

Don Tancredo López no parecía igual de entusiasmado que el resto de habitantes de la ciudad, no porque España dejara de mandar allí, que a él le daba igual, sino porque tampoco al otro lado del océano relanzaba su carrera. 

Sin moverse

Así, una tarde de sol todo cambió para nuestro pusilánime matador. En la plaza de toros pudo observar cómo un colega mejicano, el Orizabeño, realizaba una especie de número artístico que consistía en vestido totalmente de blanco, esperar la salida del morlaco en el centro del ruedo subido en un pedestal y sin moverse.

Contaban los eruditos del mundo taurino que el toro confundía al torero con una figura de mármol y por lo tanto no embestía. Don Tancredo vio cómo aquel número ponía al público en pie y pensó: esta es la mía, me lo llevo a España. 

La economía habría mejorado con cualquiera con el honor de presidir España. Europa había tocado fondo y en todos los sitios se fue a mejor

Nuestro héroe nunca llegó a saber que el mejicano moriría tiempo después realizando tal temeridad y regresó a España para triunfar de plaza en plaza con la única estrategia de no hacer nada, quedarse quieto y ya está. Cuanto más quieto ante la embestida del toro, más éxito en la plaza. Había encontrado su sitio. 

Desde entonces muchos hombres han decidido guiarse en sus aventuras personales por la táctica de Don Tancredo, y no sólo toreros. El último ha sido nuestro ya ex presidente Don Mariano.

Toda la política de Don Mariano ha consistido en no hacer nada. Afrontó la gran crisis justo en la época en la que España tocaba fondo, y por lo tanto no se podía caer más abajo. Se limitó a obedecer a Bruselas para que la economía, que funciona por ciclos, fuera poco a poco mejorando. 

Seguidismo del populismo

No se le conoce ni una ley que supusiera nuevos horizontes de prosperidad y libertad a los españoles y sí un seguidismo cobarde a todas la nuevas políticas populistas de género, desigualdad ante la ley, y nuevas formas de adoctrinamiento inventadas para seguir construyendo una democracia de monstruosos lobbies subvencionados con millones de euros que imponen la dualidad del bien y del mal, y no permiten a nadie salirse del pensamiento único so pena de ser lapidado. 

 

Que fue jefe de gabinete de Westendorp, alto representante en la Guerra de Kosovo y ahora le votan los del 'No a la Guerra' y el piano de Lennon, que sí… 

 

Ni siquiera en una situación límite como Cataluña, de donde un estadista habría salido con diez años de mayoría absoluta, nuestro Don Tancredo se atrevió a moverse. Así, dejó todo el marrón al aparato judicial que cortó de facto el golpe de estado encarcelando a sus autores o forzándolos al exilio, y se limitó a decir en voz alta un número: el 155, que hubiera sido igual que el 33, no implicó ni una sola decisión gubernativa que es para lo que le pagamos.

TV3 siguió esparciendo odio a diario, en los colegios los hijos de los guardia civiles eran señalados y en la calle mandaban los de siempre con la impunidad de siempre una vez retirada la Policía Nacional y la Guardia Civil. 

El nacionalismo en este país es un negocio redondo que maneja desde hace décadas miles de millones para adoctrinar a la población y vivir del permanente conflicto con la malvada España. Esos miles de millones que nos han llevado de cabeza a esta situación límite donde la libertad ya es sólo una quimera, se los han regalado durante 40 años PP y PSOE a un grupo reducido de familias catalanas y vascas a cambio de sus votos para seguir instalados en el poder.

El clientelismo

Ni uno ni otro pagaron nunca un precio por ello, porque en realidad no son partidos políticos al uso, sino dos organizaciones clientelares que necesitan expoliar al ciudadano medio cada vez más dinero vía impuestos para seguir extendiendo su red de clientes. 

Y sí, ya sé que en el adiós y con la lagrimita en los ojos todos parecemos más buenos, y que en un trago así lo normal es acordarse de los supuestos méritos, de lo mal que estábamos cuando llegó y de patatín y patatán… pero mira que no, que hizo de la mediocridad su seña de identidad y deja el país con los mismos problemas que se encontró, sólo que ahora con metástasis.

La economía habría mejorado con cualquiera que hubiera tenido el honor de presidir España. Europa había tocado fondo y en todos los sitios se fue a mejor. Pocas decisiones en una situación tan crítica en un entorno global como el nuestro se toman a nivel nacional.

Que ahora llega un tío directo del barrio obrero de Somosaguas en el municipio más caro de España, Pozuelo, gobernado por el PP, diciendo que es el representante de los trabajadores y el pueblo unido jamás será vencido y tal y pascual… vale que sí, que ya sé que éste, igual que los otros, no ha sido obrero en su vida. 

¿Que no hay coherencia entre lo que dice y lo que hace el nuevo inquilino de la Moncloa?, ¡coño, es socialista! ¿Qué quieres? Que estuvo en el consejo de administración de Caja Madrid a propuesta del PSOE y ahora llega como azote de la corrupción, sí.

La cruz... y la cruz

Que fue jefe de gabinete de Carlos Westendorp, alto representante de Naciones Unidas en Bosnia durante la Guerra de Kosovo y ahora le votan los del No a la Guerra y el piano blanco de Lennon, que sí, que sí… 

Que le sirven para gobernar los presupuestos que hace quince días decía eran los de la pobreza, la desigualdad y la precariedad. Que llega con los apoyos de independentistas, nacionalistas, pro etarras y populistas después de decir que nunca pactaría con ellos… si no te niego la mayor, pero, que lo que viene sea una cruz, no significa que lo que dejamos fuese cara. 

Hoy hablaba de Don Mariano, si quieres mañana hablaremos del gobierno.