| 16 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Ximo Puig y Pedro Sánchez
Ximo Puig y Pedro Sánchez

Ximo Puig marca el día del Gordo de Navidad para adelantar las elecciones

La decisión está tomada tras múltiples debates. ¿Cuáles han sido los motivos de esta esta decisión? La explicación es mucho más sencilla de lo que parece.

| Á. Errazu / V.Climent Edición Valencia

El presidente Ximo Puig tiene decidido dar un paso adelante: aunque en la actual política española nada se puede dar por definitivo hasta que pasa, una cualificada fuente de Presidencia asegura que habrá adelanto electoral valenciano. Es decir, los comicios autonómicos no se celebrarán por primera vez el último domingo de mayo, tal como ha venido sucediendo hasta ahora. El jefe del Consell va a recurrir -según dicha fuente- a su potestad de disolver Les Corts Valencianes y avanzar la cita con la urnas. Una novedad histórica en un momento político revuelto que permitiría a la Comunidad Valenciana, tras el resultado de las andaluzas de diciembre y a la espera de las europea y locales, ser foco de atención nacional, pero sobre todo, valenciana sin nada que distraiga.

Aunque ése puede no ser el motivo principal. En política, las decisiones suelen ser menos complejas de lo que parecen, aunque se las barnice con sesudos planteamientos de estadista. Los socialistas valencianos consideran que en un marco político de toxicidad y fluctuaciones imprevisible, cuanto antes se celebren los comicios más posibilidades de lograr un gran resultado. Las encuestas ahora le son favorables. Pero quién sabe entrada la primavera.

El president es consciente de que su discurso político reivindicativo caducó en el mismo momento en que triunfó la moción de censura a Mariano Rajoy y su compañero -pero no amigo- Pedro Sánchez pasaba a mandar desde La Moncloa. “¿Ahora a quién le reclamo?”, cuentan que dijo el president. Porque Sánchez ya se encargó de dejar claro desde el principio que en esta legislatura no iba a haber reforma de la financiación autonómica.

Arrancada esa bandera reivindicativa a su correligionario, el inquilino de La Moncloa le intentó compensar prometiendo que el 10% de las inversiones de los presupuestos generales del Estado para 2019 se destinaría a la Comunidad Valenciana. En realidad, los expansivos presupuestos valencianos para el año que viene que Les Corts aprobarán sin problemas en diciembre tienen una gran dependencia -como es lógico- de unos PGE pactados con Podemos que parece que no saldrán al no contar con los votos de los separatistas catalanes, y que, en todo caso, podrían llegar a ser aprobados in extremis en abril.

Demasiado cerca de la cita electoral de mayo para los intereses de Puig. Porque, sin la financiación ni la seguridad de la aprobación de las inversiones contempladas en los PGE -dos malas cartas de presentación electoral-, la mejor baza autonomista que le queda al President es el adelanto electoral valenciano, incluso contra la opinión -si fuera el caso- de Pedro Sánchez y el contrapoder valenciano que ejerce José Luis Ábalos. Ese adelanto electoral evidentemente tendría que producirse bastante antes de abril, y desde luego de un posible adelanto de las Generales cuando Sánchez se sienta definitivamente imposibilitado de gobernar por decreto. Es decir, Puig ha de jugársela y tomar la decisión ya, y eso es lo que parece que ha hecho, aunque el anuncio vaya a tardar aún casi un mes en producirse.

Ese período permite que uno de los hombres del president, el síndic Manolo Mata, baraje aún en público (*) argumentos contrapuestos para que en esta materia Ximo Puig decida una cosa o la contraria. A favor del adelanto, Mata encuentra que “a la Comunidad Valenciana le vendría bien no estar en el 'paquete' (de las demás autonomías), y eso nos pondría en la Liga de Campeones, como le gustaba recordar a Paco Camps”. Y en contra de la decisión de convocar anticipadamente, el portavoz socialista decía esta semana también en 7 Televalencia que “esa singularidad valenciana tiene su contrapartida en un posible índice bajo de participación (por falta de costumbre)”, y que ve “dudoso que se haga (el adelanto electoral) porque no se pueden convocar (las elecciones) contra tu socio”. Compromís no es partidario. Ésa es la posición pública de los socialistas valencianos, y desde luego no era esperable que Mata fuera a una tele a decir otra cosa.

Sala de máquinas

Sin embargo la estrategia de Puig y las dos 'A' de Presidencia, Andreu (Ferrer) y Arcadi (España) pasa además por pillar con el pie cambiado al resto de formaciones si se avanza la convocatoria. Compromís y Ciudadanos tienen pendiente primarias, aunque muy pocos dudan de que Mónica Oltra y Toni Cantó serán sus carteles electorales.

De no ocurrir hecatombe para el PP en las andaluzas del 2 de diciembre que haga replantear toda la estrategia nacional del partido, Isabel Bonig repetirá para intentar lograr la presidencia, y en Podemos el proceso participativo está a punto de concluir y todo hace pensar que Martínez Dalmau será el número 1.

El anuncio de elecciones anticipadas, que le encanta fundamentalmente a un sector del PSPV para reivindicar autonomismo también respecto del PSOE, calentaría especialmente el proceso de composición de candidaturas en el PP, en horas muy bajas.

La fecha

Según la fuente de referencia, las autonómicas valencianas podrían ser convocadas, conocido el resultado en Andalucía, el 22 de diciembre, día de la lotería de Navidad. ¿Por qué la jornada del 'gordo'? La explicación es sencilla. Los presupuestos, según el calendario del parlamento valenciano, se aprobarán el día 21. Ése día Puig ya tendrá todas las armas disponibles en su mano, excepto el adelanto, que anunciaría al día siguiente porque la jornada electoral, según la ley, debe ser entre 54 y 60 día después de la publicación. O lo que es lo mismo: antes de Fallas y la Magdalena, la Comunitat tendría cita con las urnas sin coincidir por primer vez en su historia con otras autonomías, y equiparando la nuestra a las que disfrutan vascos, gallegos, andaluces y catalanes.

Manolo Mata y La Muralla (*) 

Al plenipotenciario ministro valenciano José Luis Ábalos le preguntaron hace casi una semana si se podía descartar un adelanto electoral en España. Y, claro, dijo una obviedad: que no, que no se podía descartar. Pero fue lo justo para que muchos publicaran sólo la respuesta, sin eso que llamamos “contexto”, en este caso la pregunta y el tono. Que a su vez fue también suficiente para que muchos concluyeran que Pedro Sánchez se estaba replanteando avanzar las Generales.

Hay un chiste que narra que a no sé qué Papa le preguntaron una vez por el incendio de una casa de citas, un suceso que había conmocionado al país en el que acababa de aterrizar. Los periodistas le preguntaron si sabía si las prostitutas se encontraban bien. Su Santidad contestó que “me han dicho que las prostitutas están muy bien”. Claro, si nos atenemos sólo a la respuesta y titulamos “me han dicho que las prostitutas están muy bien” va a parecer lo que no es.

¿Insinuó Ábalos un adelanto electoral? En la Comunidad Valenciana Ximo Puig lleva tiempo abriendo y cerrando la muralla como en la canción de Quilapayún, filtrando y negando un posible adelanto electoral propio que ahora parece que va de bo para el primero de los supuestos.

A su portavoz Manolo Mata le pidieron expresamente el martes que “hiciera un ábalos” y respondiera si puede haber un adelanto electoral valenciano. “Podría claro, si que puede”, fue su respuesta. ¿Eso significa que Mata está anunciando un adelanto electoral? No. Porque, como él mismo declaró en 7 Televalencia, “a Puig le gusta recordar que él tiene la competencia”. Exactamente lo mismo que vemos, a escala nacional, que hace continuamente Pedro Sánchez. Por eso ni Ábalos ni Mata han anunciado ni van a anunciar nada ni siquiera entre dientes.