| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Camacho desvela qué hay tras los aplausos de Iglesias al Rey: el plan de Sánchez

Todo el mundo habla este martes de la reacción de los ministros de Podemos ante el discurso de Felipe VI en el Congreso pero parece que tras los desplantes y metamorfosis hay algo peor.

| ESdiario Medios

Este martes no se habla de otra cosa en las columnas de opinión y los análisis políticos que de los "aplausos" (los que sí y los que no) al Rey Felipe este lunes en el Congreso.

En esta línea Ignacio Camacho reflexiona en ABC que "tiene importancia que 50 diputados llamen franquista al Rey, le organicen un desplante y le nieguen legitimidad como Jefe del mismo Estado al que combaten mientras cobran de sus arcas un sueldo de parlamentarios. Tiene importancia que Pablo Iglesias ordene en Podemos un desdoble estudiado en virtud del cual los cinco ministros aplauden al Monarca con descriptible entusiasmo y el resto de congresistas reciben sus palabras cruzados de brazos. Tiene importancia que una cuarta parte de la Cámara represente a partidos que cuestionan el régimen monárquico".

A su juicio, todo eso es relevante, y también inquietante, porque muestra un rechazo significativo al símbolo de la unidad de España. Sin embargo, para Camacho lo verdaderamente trascendente es que por primera vez en este período democrático esos grupos rupturistas son "los socios de un Gobierno que no puede funcionar sin su respaldo y de un presidente que a la vez que proclama su lealtad a la Corona procura achicarle a su titular el campo".

A saber, enumera, "reduce su agenda oficial, minimiza su espacio diplomático, peina sus discursos para evitar menciones a Cataluña u otros asuntos ingratos y hasta anuncia el Gabinete saltándose el elemental trámite protocolario de ir a comunicarlo antes en persona a Palacio. Es decir, que jibariza sus funciones hasta convertirlas en un atrezo progresivamente concentrado en torno a una presidencia de corte republicano". 

Se pregunta el periodista en voz alta si Sánchez es "un dique fiable ante los crecientes ataques de sus propios aliados a las bases constitucionales" y se responde él mismo que "su fiabilidad al respecto tiene la misma solidez que el resto de sus convicciones, decisiones y pronunciamientos. La misma que su rotunda negativa a pactar con los separatistas y con Podemos. La misma que su idea de nación, la misma que la autoría y la originalidad de su tesis, la misma que sus criterios sobre la acogida de migrantes en los puertos. La misma que las versiones gubernamentales sobre ciertos encuentros nocturnos secretos. La misma que la de su concepto de la verdad y de la mentira como fenómenos vaporosos, evanescentes, etéreos, insignificantes bagatelas al lado de la grandeza de su proyecto". 

Por eso concluye que esos son los verdaderos términos del problema: "Que es imposible saber si el compromiso sanchista con la Corona tiene una validez idéntica a la de sus demás promesas".