| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Lobito de Mar, Dani García es un “animal” de cocina

En apenas dos años el cocinero más internacional de Marbella ha colocado su “chiringuito” como el local de moda donde todo el mundo quiere ser visto. Su propuesta más desenfadada triunfa.

| Borja Fadón Gastronomía

Dani García es uno de los cocineros andaluces con mayor proyección internacional actual. Chef inquieto y creativo, cuenta con casi 20 años de experiencia en los fogones, donde despliega una cocina cosmopolita y global que bebe de múltiples influencias: sus raíces andaluzas, las experiencias vividas en sus viajes por el mundo y las culturas que ha ido descubriendo.

Fue en Calima, su primer proyecto en Marbella en el que estuvo desde 2005 hasta 2013, donde se consagró como cocinero y adquirió la madurez que ahora exhibe. Primer chef bi-estrellado de Andalucía, reconocimiento que ha mantenido en su proyecto actual, Bibo, su cocina aquí destaco por la imaginación y la técnica, combinadas de manera magistral.

Tras asentar ese concepto, Dani quería abrir un restaurante más acorde con el ambiente que se vive en Marbella en verano, un local que le permitiera reflejar una cocina más cercana a sus clientes y en el que el desenfado fuera la tónica. Así nació Lobito de Mar en 2016, un “chiringuito urbano”, ya que no está a pie de playa aunque si a cinco minutos andando, que además tomó el relevo a un local de enorme solera en la ciudad, el del antiguo El Portalón.

 

Lobito de Mar se inspira en los platos más populares, los productos más asequibles de la cocina tradicional andaluza y, a fin de cuentas, en todo lo que conoció Dani García durante su infancia a través de esa gastronomía casera de la costa del sol. Ligado a una cocina donde el producto es el principal protagonista, este local es un chiringuito como los de siempre, donde la carta y la barra están diferenciadas y se adaptan a todo tipo de clientes.

Sus creaciones se desvelan a partir de dos cartas, una de tapeo y picoteo más informal pensada para todos los gustos y bolsillos, y otra más formal a base de mariscos, crustáceos y moluscos nacionales, frituras andaluzas, espetos, recetas con atún y una amplia variedad de arroces al estilo alicantino. La luz inunda un local que emana mar por los cuatro costados aunque desde sus ventanales no se vea, y en su decoración los rincones llenos de “espíritu” crean una sensación de conjunto redonda y completa.

La barra preside la entrada de Lobito de Mar, y en agosto, cuando Marbella hierve de gente guapa por todos lados, es complicado ver alguna mesa libre a cualquier hora. Por la mañana la vegetación del local crea un ambiente muy acogedor, y por la noche, además de que la iluminación es muy acertada, el estar a las faldas de Starlite, el evento de moda en Marbella, hace que sus mesas requieran ser reservadas por lo menos con una semana de antelación.

 

Lobito de Mar destaca por su producto fresco y por su amplia variedad en la carta. Cada día, y desde lonjas de toda Andalucía, llega a su cocina el pescado más fresco como besugos, lubinas o doradas provenientes de las capturas del día, los cuales se pueden degustar también espetados. Además de mariscos y moluscos o crustáceos andaluces, de lo mejor es un apartado entero dedicado al atún con propuestas como tartar o canelón de atún de lomo blanco relleno de cola blanca y caviar de arenque.

La carta de vinos ha sido cuidada con esmero. Cuenta con 450 referencias elegidas por Carlos García Mayoralas, quien ha sido el encargado de buscar la sinergia perfecta entre gastronomía y bodega. Una carta marinera con blancos, tintos, nacionales e internacionales, que cambian mensualmente. La labor de Virginia, su sumiller en sala el día de nuestra visita, es exquisita, haciendo que el viaje gastronómico sea completo y permitiendo que cada plato luzca en todo su esplendor en la mesa.

Lobito de Mar, Boulevard Príncipe Alfonso Von Hoenlohe 158, Marbella