| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

No es necesario que el Gobierno persiga bulos: basta con que deje de fabricarlos

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no buscar perseguir bulos, ya controlados por los tribunales, sino tapar los suyos para disimular su negligencia letal con el coronavirus.

| ESdiario Editorial

 

 

 

Desde su propia investidura, cuando anunció la creación de una "Estrategia Nacional contra la Desinformación", Pedro Sánchez ha colocado la persecución de la crítica y la restricción de la libertad de información a la cabeza de sus prioridades. Con la devoción de Pablo Iglesias, que lleva años defendiendo la desaparición directa de los medios de comunicación privados.

No ha sido la pandemia, en fin, la detonante de una idea liberticida, pero sí la excusa para dar un paso más en esa peligrosa deriva, para a que buscan además la complicidad de los ciudadanos: ¿Quién no va a estar en contra de los bulos? Preguntar por ello con ese enunciamiento es una manera de buscar un apoyo unánime a una causa compartida que, en realidad, se utiliza para otra bien distinta.

Y que coincide con decisiones concretas que dan verosimilitud a ese perverso plan: la monitorización de las redes sociales; las restricciones en Whatsapp; la geolocalización de usuarios de telefonía móvil o la insólita adjudicación a empresas privadas, muy activas en favor de Sánchez de determinados medios de comunicación de masas, del control de las fake news; componen un paisaje simplemente inaceptable.

 

 

En ningún contexto, intervenir desde el poder político la libertad de expresión es razonable. Para regular sus abusos, que existen sin duda, ya están los tribunales y el Código Penal. Pero en éste de pandemia, con casi 20.000 muertos oficiales, resulta deleznable.

Porque si hay un bulo contra el que luchar de verdad, es el que fabrica y esparce a diario el propio Gobierno, escondiendo la insoportable mortalidad del coronavirus en España, resumida en una cifra demoledora: en uno de los días que aquí presentan como "positivo", mueren en nuestro país tantos seres humanos como en Portugal en toda la pandemia.

 

Que con ese balance, indicativo de seguros errores y probables negligencias del Gobierno, salga cada día un portavoz gubernamental a tapar las estadísticas o a falsearlas directamente, sí que merece el estigma y al persecución que Sánchez quiere legalizar contra quienes lo destapan.

Porque de eso se trata, de dar cobertura a su responsabilidad con la excusa de acabar con un mal que afortunadamente tiene ya otras instancias imparciales para perseguirlo. Sánchez no busca perseguir los bulos, sino tapar los suyos.