Nada puede objetarse de esa reflexión final, otra cosa es la inicial, tan conspiranoica como extendida en la izquierda política y mediática del país. Aunque quizá quién más haya objetado ese canto al consenso en tiempos de crisis haya sido, vaya por Dios, el propio Cintora.

No solo entrevisto a la propietaria del perrito sacrificado para generar una idea atroz de la Sanidad en tiempos de Rajoy, cuando presentaba la extinta "Las Mañanas de Cuatro", sino que además escribía en Twitter cosas como ésta:

 

 

Entonces no hubo peticiones de consenso, no se señaló al ébola como al único enemigo y no se tuvo en cuenta, por supuesto, su limitadísima implantación. Ahora, con casi 40 veces más muertos que Portugal, un país gobernado por la izquierda y con menos gasto público para demostrar que la buena gestión no tiene color ni depende solo del dinero, toca ver, oír y callar. Todo lo demás es de fachas.