| 16 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Los misterios del Grial de Valencia(I): “José de Arimatea fue el padre de Jesús"

La investigadora que afirma que el Cáliz es el Grial nos habla de una falta de ortografía reveladora, del auténtico y cabalístico nombre de Jesús y de que José de Arimatea fue su padre real

| Vicente Climent Edición Valencia

Ana Mafé ha agitado las aguas. Su tesis doctoral -cum laude por la Universitat de València, no por un centro católico- afirma que el Santo Cáliz de Valencia es el Grial de la Última Cena de Jesús con una probabilidad del 99,99% . Además de defender la tesis, Mafé ha ofrecido una abarrotada rueda de prensa y multitud de entrevistas. Ésta no es una más. 

Después de los 3 primeros minutos de conversación, comunes a otras charlas ya divulgadas con la investigadora, la lista de preguntas se cae y da paso a otros 40 minutos de largas respuestas repletas de datos sobre espiritualidad, religión y hasta magia. Todo se desbarata cuando sale a colación el verdadero nombre de Dios.

Mafé empieza explicándonos el método científico que ha empleado para obtener esa casi certeza del 99,99%, la Regla de Laplace. Y nos cuenta que en la época de Jesús cada familia judía tenía su propia copa de bendición de material purificable, no de madera. De oro, de plata o de piedra, sin los adornos barrocos del XVIII que ahora luce el Cáliz de Valencia, y con capacidades preceptivas para celebrar la fiesta. Y entonces nos habla del reviít ... 

El hin, la medida judía más común, equivale a 72 reviíts. El 72 es muy importante para los hebreos porque el nombre de Dios para ellos tiene 72 formas.

¿Pero se sabe cuál es el auténtico nombre de Dios, o es parte de una cábala que hay que descifrar?

Me encanta, porque el conocimiento del nombre de Dios es algo muy potente. Si te fijas, el segundo mandamiento de Moisés es “no nombrarás el nombre de Dios en vano”. Que Dios tenga 72 nombres significa algo mucho más poderoso o diferente de lo que pueda parecer en una primera lectura de ese mandamiento. Curiosamente el reviít forma parte de ese número tan especial para los judíos y sólo bebiendo como mínimo un reviít, que son 86 mililitros, se podía cumplir una Pésaj (Pascua). Por lo tanto una copa que estuviera no podía medir 12 litros como algunas de la Antigüedad (el Caldero Celta, por ejemplo), porque siempre la copa ha de ser apurada porque si no no se está cumpliendo ese precepto. Nuestra copa mide 4 dedos. Y los dos primeros es un reviít. Y los cuatro dedos son dos reviíts y medio, una cantidad óptima para poder beber si quieres compartir con varios y no tener dolor de cabeza porque el vino en esas épocas era muy avinagrado, muy ácido.

Por tanto, tenemos aquí una copa, que cumple esas medidas y cuyo material refleja una significación: que la piedra pertenecía a una de las doce que llevaba el Sumo Sacerdote en su pectoral. La piedra con la que está hecho el Cáliz de Valencia habla, da una información: “Hola, reflejo la tribu de Judá”, y además su significación para los judíos es la Regla del Amor. Si cogemos el primer texto que habla de una copa en una mesa un poco especial, el Evangelio de San Juan, está contando que hay un señor que habla principalmente del amor. Además, cada copa que hay por el mundo tiene una datación cronológica. La única que es entre el I-II antes de Cristo, seguro, es ésta.

Hay una falta de ortografía intencionada en el Santo Cáliz que revela hay un mar de fondo.

¿Entonces el resumen de tu tesis (definitivamente nos tuteamos) es que la copa pudo estar en la Santa Cena (por su forma y materiales) y que hay fuentes escritas que la ligan con ese hecho?

Los cálices (vasos sagrados, para consagrar) sólo se pueden hacer -según la liturgia teológica- con un fuste amplio y gordo porque el cura necesita cogerlo con la mano siniestra para bendecir con la diestra. Las reliquias en cambio se cogen con dos manos, para mostrarlas. Las reliquias en la Edad Media no las podían tocar ni los reyes, se necesitaba un relicario con un fuste muy estrecho. En España tenemos un vaso para consagrar, con el nombre de doña Urraca, su legítima dueña, y un vaso que es una reliquia con el nombre de su legítimo dueño escrito abajo (en el pie) en un lenguaje entonces inteligible en la corte de Aragón, el árabe algimiado y el hebreo.

Esa inscripción se identifica por el trazo por comparación con lápidas en lenguaje cúfico1 antiguo, que tienen fechas. Y cuando coges esa escritura y ves que hay una falta de ortografía muy grande ves que esa falta es intencionada. Porque si el árabe se distingue en algo a la hora de hacer los trazos es que los utiliza para embellecer. Luego si encontramos algo tan tosco, una falta de ortografía en el Santo Cáliz es que hay un mar de fondo, unas capas de lecturas.

¿Hay una falta de ortografía en el Santo Cáliz?

Si se lee en árabe completamente, sí. Para mí esa falta está en el proceso porque si esa misma lectura la haces en hebreo te está dando la misma información. Es como decir “ANA” al derecho y al revés. Es algo muy curioso, y lo he contrastado con los epigrafistas más importantes del mundo, los de la escuela bíblica francesa de Jerusalén, entre ellos el padre (Émile) Puech (experto en los papiros del Qumran, a orillas del Mar Muerto). Ellos me decían: “Ana, exactamente no sé lo que pone pero seguro alude a Jesús, lo tengo claro, los trazos”. Leído en árabe algimiado suena así: “Yeoshua, Yesu”. Yeoshua es el nombre hebreo. Jesús nunca se llamó Jesús.

Entiendo que en una reliquia tan importante, en la base, colocaran el nombre éste de las dos formas más evidentes. Y si haces un juego de palabras a la hora de pronunciar esas letras suena Husu, en castellano antiguo. Con una pronunciación que ya no existe, con hache aspirada. Esta piedra -nunca se había dicho hasta ahora- tiene en su base un triángulo, es muy importante. El triángulo es alquimia. Hacia arriba significa fuego. Cuando coges el Cáliz y le pones fuego por debajo, con un poquito de cera sale el nombre. Es una epigrafía que es una hendidura, y si le pones cera encima y coges una vela ves como aparece el nombre. Y luego desaparece porque por calor cae la cera que has puesto o porque se apaga la vela al depositar el Cáliz.

En el Cáliz hay una hendidura en la que si pones cera y calientas con una vela aparece el nombre de Jesús.

¿Todo esto no tiene un punto mistérico y casi esotérico?

Cuanto más profundizo en el Cáliz más profundizo en la figura a nivel casi metafísico del dueño legítimo de la copa supuesta, que en este caso es Jesús.

¿El dueño es Jesús o José de Arimatea (en cuya casa se supone que se celebró la Última Cena)?

Para mí es José de Arimatea. Pero porque para mí José de Arimatea es el papá de Jesús, el papá legítimo.

¿El Papa?

El papá

¿El papá?

Sí, sí, es el papá de Jesús

¿Cómo que el papá?

Su padre.

¿José de Arimatea es San José?

Es que para mí ha habido una serie de cosas que no se han querido contar a lo largo de la vertebración del catolicismo, porque probablemente no interesaba. Cuando una persona coge el Evangelio y lo lee con metodologías más novedosas, como la Teoría de Género, ve cosas que nunca se nos han explicado desde ese punto de vista transversal. ¿Por qué José de Arimatea coge el cuerpo de Jesús si para los hebreos sólo los padres de familia pueden enterrar? ¿Por qué compra el sudario si sólo lo pueden hacer los padres de familia?

En el siglo I, hasta los matrimonios concertados más humildes judíos celebraban el entierro de la mujer con plañideras. Hasta la mujer más pobre judía tenía una plañidera. Eso quiere decir que para los judíos el enterramiento es un acto muy importante, tan importante que lo tienen tipificado en siete capítulos de sus propios reglas rabínicas. ¡Hay tantas coincidencias con José de Arimatea, como que es de la casa de Judá, como que es un rico comerciante que tiene poder para mantener una casa con dos pisos como es el Cenáculo …! ¿Qué madre iría a pedir a alguien que enterrara a su hijo si no fuera su padre?

Se supone que el padre de Jesús en la Tierra es San José, y que murió mucho antes …

En el Evangelio no lo pone. (Sólo) se supone.

Se supone porque según los Evangelios al pie de la cruz está la madre, el padre ha desaparecido por completo.

El padre ha desaparecido porque hay un personaje que se llama San José de Arimatea, que es santo2 por cierto pero no se celebra, que está rogando a las autoridades por el cuerpo para podérselo llevar. Porque los muertos se dejaban en la cruz y se les quebraban los huesos.

La Teoría de Género es lo que para mí pone en valor a la figura de Jesús

¿Y esto por qué no se divulga?

Pues porque las lecturas transversales estaban prohibidas dentro de el credo católico, porque no se puede hacer una interpretación que no sea la misma que la Iglesia Católica lleva contando muchos años, y en esa interpretación se han olvidado del amor, del amor paternal. Nos hablan del amor de la madre, pero de ese amor paternal de San José de Arimatea …

Qué raro que cuentes esto en esta época en la que parece que el padre queda en muy segundo plano respecto de la madre …
Porque el punto de vista práctico se ha instrumentalizado un mensaje que es muy bonito. Y es que el amor es universal. Yo (tras una pausa Ana baja mucho la voz hasta convertirla en un emocionado susurro) estoy muy orgullosa de mi padre. Mucho.

(Pausa) Hablábamos del misterio …

Cuanto más profundizo en estos conocimientos más me doy cuenta de que hay una serie de cosas que no están bien hechas. El papel de la mujer en la Iglesia: me cuesta mucho creer cómo puede haber en un ábside del siglo XII una mujer portando un cáliz cuando en el siglo XII la mujer no puede cantar en los coros.

¿Eso es tanto como decir que había sacerdotisas?

Claro. Esa imagen iconográfica, si no proviene de un pasado ligado a una reliquia tan irrebatible como es el Santo Cáliz, que proviene a su vez de esas primeras diáconas de Roma que la enseñan, la portan, … esa imagen femenina con el Cáliz … Hay una carta de San Pablo en que habla de una diácona, servidora en sentido griego. Y esa palabra es de las más utilizadas por Jesús, yo no he venido a ser servido sino a servir. Imagínate que esa función de servir la encarna una mujer. Cuando vas a las catacumbas encuentras dos tipos de iconografía: hombres en el Antiguo Testamento, como Daniel o Noé, y en el Nuevo Testamento, todo mujeres. En esta iglesia primitiva el papel de la mujer es extrapolable perfectamente al testimonio en vida que dijo Jesús. Y lo más curioso para mí es que Jesús, rodeado de hombres, era capaz de girarse y decir esa mujer tiene más fe que todos vosotros.

Hoy en día no hay ningún hombre que en una reunión de tíos diga ella trabaja más que vosotros. Luego en el siglo III, que alguien escribiera un paradigma mental de un hombre que piensa así de las mujeres es impensable porque no existe. Si ahora no existe, menos entonces. Esa lectura de Género es lo que para mí pone en valor a la figura de Jesús, como un tío que supo parar una turba de sinvergüenzas que iba a lapidar a una mujer. Ese tipo de valentía, esa forma de tratar a la mujer pública hebrea cuando hace dos mil años la mujer era menos que un mueble porque era tratada como un ajuar, para mí como mujer es increíble.

Buda no habla de las mujeres; Gandhi tuvo problemas al final de su vejez porque se acostaba con niñas de catorce años a ver si sentía impulso sexual, en fin, unas cosas muy raras; Martin Luther King ponía los cuernos a su mujer, pobre, a la que tenía amargada; tenemos una serie de pacificadores masculinos que realmente no ponen en valor a la mujer en los últimos siglos o incluso más atrás; y en cambio en un momento de la Judea hebrea, donde todo se arreglaba a golpes, que salga uno que hable del amor y de la luz ... ¡es que era un marciano, es que no me extraña que lo mataran! Pero claro, para mí su mensaje es tan alentador que yo disiento a veces un poquito con esa prepotencia con que la Iglesia Católica ha vertebrado su mensaje y nos ha llegado hasta hoy, que no quita para que me quede con la esencia, que a mí es lo que me vale.

(Próximamente, la segunda parte de la entrevista: “El Grial de Valencia es como una antena de conexión, pero hay que estar en la onda”)

 

1 Cúfico es un estilo de caligrafía árabe considerado el más antiguo tipo de escritura en ese idioma, desarrollado en la ciudad de Kufa, actualmente en Irak

2 Su festividad tiene lugar el 17 de marzo, sólo dos días antes que la de San José