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El doctor Rafael Giménez
El doctor Rafael Giménez

Carmen Montón, aumento de las listas de espera y 'enchufes socialistas'

Al desvío de pacientes promovido por Montón a centros del grupo Hospimar, y su relación con la financiación del PSPV, se une ahora el fichaje del cuñado de la número 1 del PSPV en Valencia.

| Redacción Valencia Edición Valencia

A raíz de informaciones publicadas sobre el desvío de pacientes promovido por la actual ministra y ex consejera de Sanidad de la Comunitat Valenciana, Carmen Montón, a los hospitales del grupo Hospimar, y su relación con la financiación irregular del PSPV que se está investigando, se une ahora el fichaje estrella como director médico del Hospital IMED Valencia de Rafael Giménez.

Giménez es el marido de Pilar Caballero, hermana de la diputada socialista y secretaria general del PSPV en la provincia de Valencia, Mercedes Caballero, discípula del actual ministro valenciano de Fomento José Luis Ábalos, desde los tiempos en que ambos fueron concejales en el Ayuntamiento de Valencia, y muy ligada en el partido con el que es, actualmente, la mano derecha del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Rafael Giménez, cuya trayectoria profesional se vincula también al Hospital de Manises (como director de operaciones y Servicios Centrales Asistenciales), o al grupo hospitalario Quirón (como director territorial del Área de Levante y Director Gerente desde julio de 1998 a marzo de 2008), es licenciado en Medicina y ahora desempeña la responsabilidad directa de toda el área médica del Hospital IMED de Valencia, ordenando y organizando, a su vez, la coordinación de equipos médicos propios y externos que desarrollan su labor profesional en el hospital y sus relaciones con los principales clientes (compañías aseguradoras, pacientes individuales, y administración sanitaria de la Comunidad) y con el resto de departamentos del hospital.

¿Es casualidad? ¿Hay conexiones directas para que Giménez ocupe ahora este puesto? 

En primer lugar, hay que recordar que la actual ministra y ex consellera de Sanidad, Carmen Montón, inauguró el hospital privado IMED en mayo de 2017, sin prácticamente haber pisado durante su gestión como consellera los de concesión público-privada. 

Fue una visita fugaz, de la que entró y salió con rapidez en poco menos de media hora y en la que "abrió los brazos" a este nuevo hospital de la sanidad valenciana. Curiosamente, Montón solo había pisado hasta esa fecha un centro de concesión público-privada, el de Dénia, a pesar de que son hospitales públicos. Algo más que un olvido si se tiene en cuenta que había visitado hasta en ocho ocasiones el Hospital General de Elche, de gestión pública directa, pero no el de Elx-Crevillent, de concesión público-privada. Tampoco el de Alzira, Torrevieja ni Manises.

En segundo lugar, por lo que respecta al desvío de pacientes en la sanidad y la política del actual Gobierno valenciano, así como las conexiones con determinados grupos hospitalarios, hay que recordar asimismo que la recién nombrada consellera de Sanidad, Ana Barceló, indicó hace tan sólo un mes que tenía como primer objetivo de su mandato, reducir las listas de espera sanitarias y anunció la decisión de fomentar la "colaboración interna" entre los equipos de los diferentes departamentos de salud, manteniendo  el plan de choque de colaboración público-privada y el autoconcierto.

La decisión de Barceló estaba más que justificada, ya que el equipo que había nombrado a la actual ministra de Sanidad, Carmen Montón, para que se encargara de la gestión del departamento de salud de La Ribera había intentado ocultar el aumento de las demoras clínicas que se ha producido cuando sólo han transcurrido tres meses de la reversión del hospital a la red sanitaria pública. Los directivos del centro de Alzira anunciaron que marcarían unas directrices para que los médicos buscaran la forma de dar largas a sus pacientes y que no ingresaran en quirófano y, de este modo, no se aumentaran aún más las listas de espera.

El audio al que tuvo acceso el periódico "El Mundo", y que se grabó durante la reunión de la junta de mandos del Hospital de La Ribera, celebrada el pasado 28 de junio en el salón de actos del centro y presidida por la gerente del departamento, Isabel González, revelaba que la dirección había dado instrucciones a los jefes de servicio para intentar controlar la demanda asistencial de la población adscrita al área de salud.

A ello se unía el colapso en la atención sanitaria valenciana, según denuncias del Sindicato Médico (CESMCV), quien hizo saber que el plan de sustituciones previsto por la Conselleria de Sanidad no está teniendo los resultados deseables, puesto que en algunos ambulatorios, los facultativos se están viendo obligados a atender a más de 40 pacientes al día -entre 28 y 35 es el ratio máximo que suelen registrar-, mientras que el tiempo de espera en los servicios de Urgencias de parte de los hospitales públicos valencianos alcanza las seis horas. O la falta de medios en la sanidad por mala administración de recursos, tal como contaba ESdiarioCV, que obligaba a la Conselleria de Sanidad a habilitar resonancias en camiones (al estilo de las unidades móviles para la donación de sangre) en las demarcaciones de Vinaroz, Requena y la Marina Baixa. Una situación a la que se llegó porque¡ IMED decidió recientemente, al igual que la otra concesionaria,  retirar los respectivos recursos al concurso de resonancias -que está prorrogado-, en el contexto de una negociación que sólo los implicados saben cómo se ha resuelto exactamente.

Y, en último y tercer lugar, el fichaje de Rafael Giménez se produce justo en el momento en que hay un ambiente generalizado de creación de una red clientelar en la sanidad valenciana, donde el enchufismo es la “conexión”. 

Fue el caso de la mano derecha de Carmen Montón en la conselleria, José Sanfeliu, que anunció que tras la “reversión” sanitaria se “creará una bolsa de trabajo de La Ribera y ahí se meterán todos nuestros familiares, amigos, conocidos”, y que ahora es el encargado de controlar las plantillas de las empresas, entes y fundaciones públicas de la Generalitat, desde su cargo de subdirector general de Costes de Personal y Control Financiero del Sector Público Instrumental en la Conselleria de Hacienda. Un puesto de categoría A1 y con un complemento nivel 30, según el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana.

O las denuncias de médicos del Hospital Clínico de Valencia acerca de contrataciones opacas del personal sanitario, al margen de criterios objetivos, un hecho que tiene repercusiones nefastas tanto para los propios profesionales como para los pacientes.