| 16 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla

Revilla incendia Cantabria al repartir las mascarillas más cutres del mundo

El presidente anunció el reparto masivo de mascarillas de protección por correo para todos los hogares, pero el material recibido ha causado una enorme indignación entre los cántabros.

| Yolanda Lorenzo España

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, anunció a bombo y platillo que su Gobierno repartiría entre la población más de un millón de mascarillas desechables como "solución temporal" ante la escasez de material disponible en el mercado, pero la sorpresa al recibirla ha sido mayúscula, ya que "no es más que una servilleta mala de papel doblada".

Y es que, Revilla ha generado una ola enorme de indignación al comenzar a repartir 1.200.000 unidades de mascarillas por correo, un procedimiento que será escalonado y que tiene el objetivo de llegar a toda población respetando las medidas de confinamiento, de manera que todos los hogares recibirán un paquete con 5 mascarillas.

 

El Gobierno cántabro, en una nota de prensa, había asegurado que "están confeccionadas con doble capa de celulosa, un material totalmente ecológico, biodegradable, dermatológicamente testado y procedente de superficies con gestión forestal certificada".

Además, había asegurado que la barrera protectora que ofrecen se considera "óptima" en las situaciones cotidianas permitidas por el estado de alarma y es "muy superior" a la de otras opciones de algodón o tela.

Pero los primeros en recibirlas no han podido hacer otra cosa que calificar de "mierda" la mascarilla recibida ya que no es más "que una servilleta de papel doblada, con dos rayas para meter las orejas", que además, ha supuesto un desembolso de 150.000 euros para adquirir un material de dudosa eficacia.