| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Casado felicitando a Sánchez hace un año, tras ser investido presidente.
Casado felicitando a Sánchez hace un año, tras ser investido presidente.

La profecía de Casado en la investidura de Sánchez se ha cumplido un año después

Un año después del debate que terminó en la votación de investidura más ajustada de la democracia, los augurios del líder del PP sobre la hoja de ruta del socialista no iban desencaminados.

| A.I.M. España

 

Un año ha transcurrido desde el debate de investidura que culminó con la proclamación de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno en la votación más ajustada de las vividas hasta ahora en democracia, con 167 votos a favor y 165 en contra.

En aquel debate, Sánchez y el líder de la oposición, Pablo Casado, se cruzaron duros reproches, por la decisión del socialista de apoyarse en las abstenciones cómplices de ERC y Bildu. Tras prometer a Esquerra, entre otras cosas, una mesa de diálogo bilateral. 

A propósito de los pactos de Sánchez, Casado hizo una profecía que, un año después, se ha cumplido casi al milímetro. Porque ya lo dijo el presidente del Gobierno el martes pasado en su comparecencia en La Moncloa: la pandemia no solo no ha cambiado el paso al Ejecutivo de coalición, sino que lo ha acelerado. 

 

El presidente del PP sostuvo aquel 4 de enero de 2020 en la tribuna de oradores del Congreso: "Señor Sánchez, hoy sella usted un pacto para destruir todos los pactos, para deshacer cuatro décadas de libertad y de progreso".

Y continuó: "Llevará usted de nuevo a nuestro país al conflicto interno y a la irrelevancia europea. Lo pondrá a la altura moral de los peores, de los que no saben de lo que hablan, de los que nunca aciertan, de los que siempre nos dejan mucho peor. Volverán la agenda divisiva, el enfrentamiento, la polarización y la parálisis reformista". 

"Dañará a las familias, a los inversores y a todo nuestro tejido productivo para no conseguir nada. Fijará en el centro del debate público una agenda excéntrica, caprichosa, desenfocada de las verdaderas necesidades de los españoles. Continuará el desamparo a los jueces, y el acoso borroka de nuevo cuño. Transigirá con quienes pretenden destruir nuestro sistema de libertades, alterará los equilibrios entre poderes y usará tramposamente los instrumentos legislativos. Aceptará que se rompa la igualdad entre españoles, y volverá a mercadear con sus derechos. Negociará libertades que no son suyas y que habrá prometido proteger", enumeró de carrerilla.

Y concluyó: "Y cuando todo salga mal, tratará de resistir a costa de todo y de todos".

Un año después, las prioridades legislativas del Gobierno han pasado por la ley de eutanasia, la de la Memoria Democrática, la de Educación, la del solo sí es sí y la reforma del Código Penal para cambiar el delito de sedición. 

Lo que en enero fue una abstención consentidora de ERC y Bildu, con motivo de la aprobación de los Presupuestos se ha convertido en un voto favorable y entusiasta. 

En lo que respecta al poder judicial, la reforma del CGPJ sigue pendiente, la Fiscalía General de Dolores Delgado está permanentemente en el punto de mira acusada de parcialidad y el Ejecutivo planea indultar a los presos del procés en contra del criterio del tribunal enjuiciador. 

España ha sido, además, el país desarrollado más afectado por la crisis del coronavirus, con un desplome del PIB que la OCDE calcula en el 11,6%. Y el Ejecutivo, escudándose en la "igualdad entre españoles" ha anunciado una armonización fiscal para meter en cintura a la Comunidad de Madrid pero sin tocar al País Vasco y Navarra.