La exministra francesa de Deportes sale trasquilada por querer enmerdar a Nadal

Los franceses vuelven a la carga con su estrategia para ensuciar el buen nombre del deporte español a costa de acusaciones infundadas de dopaje. Ya se cebaron con Rafael Nadal, Pau Gasol, Fernando Alonso o Iker Casillas los famosos guiñoles a costa del asunto Contador en 2012 con el mensaje "no ganan por casualidad". Esta vez la acusación salió directamente del centro del poder político. La exministra de Nicolás Sarkozy, Roselyne Bachelot, se tomó la libertad de acusar sin prueba alguna al tenista de haber ocultado su positivo con una "retirada a tiempo", justo dos días después de que María Sharapova admitiera su error. 

La política que en 2012 encabezó sin pudor la campaña contra el deporte patrio metió al mallorquín en la larga lista de deportistas señalados que barruntan los franceses desde hace años. Ante las cámaras del programa televisivo Le Grand 8 la exresponsable de Sanidad y Deportes del país vecino afirmó: "Sabemos que la famosa lesión de siete meses de Nadal es sin duda debido a un positivo", "si ves a un jugador de tenis que se para durante muchos meses es porque ha dado positivo y porque se le encubierto. No es algo que ocurra siempre, pero sí muy a menudo", señaló. 

Nadal responde contundente: "Creo en los valores del deporte"

Esta vez no ha hecho falta hablar de "pócima mágica" como hizo el extenista francés Yannick Noah, actual capitán de Copa Davis, o recurrir a jeringuillas y frases como "tengo quince litros de sangre en la nevera", la acusación llevó nombre y apellidos: Rafael Nadal. El tenista, que ha respondido a los abucheos en la pista con golpes imposibles y una larga lista de victorias, desmintió desde Indian Wells las acusaciones: "He estado limpio toda mi carrera", "nunca he tenido la tentación de hacer algo incorrecto. Creo en el deporte y en los valores del deporte". 

El pasado mes de septiembre el diario Le Monde también volvió a la carga contra Pau Gasol acusándole de hacer algo ilegal para rendir a tan alto nivel. Parece que nadie en Francia se tomó en serio las reacciones que se produjeron en las instituciones políticas y deportivas españolas a raíz del asunto de los guiñoles. Hasta el rey emérito Don Juan Carlos les dedicó una frase contundente: "Estos de los guiñoles son tontos". 

Calificaciones aparte, los guionistas de los guiñoles reconocieron "morirse de risa" con el enfado que suscitaron las bromas en España aunque aseguraron que "fue un poco injusto" porque partieron de la nada. Una vez más las acusaciones llegan de manera gratuita y sin ninguna información que las avale.