Tras fijar fecha para la investidura, Rajoy todavía se guarda un as en la manga

Las previsiones del PSOE han fallado. Pensaban que que la investidura se iba a celebrar después de las elecciones vascas para que Rajoy tuviera más fácil una eventual abstención del PNV. Será el 30 de agosto y el PSOE, de acuerdo con las fuentes de máxima solvencia consultadas por ESdiario se mantiene en el no. Salvo sorpresas, la de Rajoy podría ser una investidura fallida y nos iríamos a elecciones el 25 de diciembre.

Lo que parecía enturbiado y por algunos casi perdido, ha quedado resuelto en una hora. Rivera y Rajoy, en contra del pronóstico de muchos, han llegado a un acuerdo. Habrá investidura y se firmarán, no por las direcciones de los partidos que es lo que quería Rajoy, sino por los portavoces parlamentarios, las condiciones para la regeneración y lucha contra la corrupción propuestas por Rivera como paso previo a la fase de negociaciones.

Antes del encuentro, ambos responsables políticos sabían, más o menos, lo que se iban a decir. Ya estaba hablado entre bambalinas y en una hora escasa, Rivera ha visto satisfechas sus pretensiones y Mariano Rajoy ha concluido que, ahora sí, está en condiciones de asistir a la investidura.

El apoyo de Ciudadanos ha sido fundamental

Para la decisión de acudir a la investidura ha sido fundamental el desbloqueo que permite abrir las negociaciones; es decir, el apoyo de Ciudadanos en segunda votación. Pero siendo este un factor decisivo, no ha sido el único. El paso del tiempo sin avances sustanciales y, sobre todo, el compromiso adquirido con el Rey, han sido factores que han influido y no poco en la decisión de Rajoy que acude a una investidura que salvo un movimiento hacia la abstención del PNV, Rajoy debe dar por perdida. Solo una abstención del PNV podrá evitar una investidura fallida. No se descarta que por parte de Rajoy se haga un nuevo intento con Iñigo Urkullu para que “in extremis”, el PNV pudiera abstenerse. Hasta el momento, los nacionalistas se mantienen en el no, pese a que su trayectoria tradicional en el Congreso ha sido la abstención. Así las cosas, el líder del PP sabe que se la juega, pero se la va a jugar una sola vez. El Partido Popular, en principio, no estaría dispuesto a “segundas vueltas en el Congreso”

Y es que de acuerdo con fuentes socialistas, “nuestro no, es no y cuanta más presión haya—y la ha habido y mucha—sobre Sánchez, más nos reafirmamos en nuestra posición”.

“Cuando Pedro se presentó a la investidura y la perdió nunca nadie del PSOE responsabilizó de nada al PP porque no tiene sentido que un gobierno de izquierda pretendiera apoyarse en un partido de derechas. Es absolutamente injusto que se responsabilice al PSOE de nada. Nuestra posición no es impostura alguna, ni una táctica. Es una posición ideológica y de principios y nadie nos puede pedir y mucho menos presionar para que cambiemos de posición”.

Se recuerda en estos mismos medios que la resolución del 28 de diciembre del comité ejecutivo federal “no ha decaído y si hay dentro de partido gentes que quieren que se modifique algo que busquen firmas suficientes para convocar una nueva reunión que no está prevista porque nada ha cambiado. Si alguien quiere la abstención que la defienda en el comité ejecutivo federal si reúnen las firmas suficientes para su convocatoria y que luego suba a la tribuna del Congreso a defenderla”.

En Ferraz se tiene la convicción absoluta de que “las bases, la militancia están absolutamente de acuerdo con Pedro y los barones

En Ferraz se tiene la convicción absoluta de que “las bases, la militancia están absolutamente de acuerdo con Pedro y los barones, o algunos de ellos, se olvidan de que las bases puntúan y mucho. Que nadie se llame a engaño. En la investidura de Rajoy vamos a votar no”.

Sabida la fecha de investidura y de acuerdo con estos mismos medios, Pedro Sánchez “no rehuirá conversación alguna con Rajoy pero nuestra posición es la que es con conversación o sin ella”. Indican asimismo, que “el PSOE no tiene miedo a unas elecciones que no desea. Aquí los únicos temerosos son Ciudadanos y Podemos. Unos quedarían convertidos en UPyD y los otros quedarían reducidos a Izquierda Unida”. Estas mismas fuentes han descartado un gobierno con Podemos, “son salidas propias de Pablo Iglesias”

Con la fecha de investidura ya fijada, Mariano Rajoy llamará a Pedro Sánchez y es más que probable que ante la negativa del líder socialista a facilitar un resultado positivo, las negociaciones entre Rivera y Rajoy adquieran un matiz distinto y lo que es seguro es que la suerte política del hoy candidato sufriría un antes y un después cuyas consecuencias más inmediatas nadie en el PP se atreve a aventurar. “No queremos imaginar—se afirma en Génova—un escenario de nuevas elecciones, pero si algo es seguro es que por nuestra parte no dudamos ni por un segundo que Rajoy sigue siendo nuestro candidato”.