| 22 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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El último reducto de los neoyorquinos en Madrid se llama Alfredos

La carne de cebo hace de sus hamburguesas un manjar difícil de copiar. La cola para pillar mesa en su locales es conocida en la capital. Nosotros te contamos el secreto para probarlas.

| Alejandra Temprano Gastronomía

Las hamburguesas de Alfredo's Barbacoa son un clásico entre los amantes de la comida americana de la capital. Localizar su mítico local en la calle Lagasca los sábados por la noche es sencillo aunque seas un forastero de los que pasa por Madrid de Pascuas a Ramos, la gente hace cola a las puertas del restaurante para probar esa carne de cebo made in USA que se deshace en el paladar. 

Conseguir mesa es una tarea imposible a menos que reserves con varios días de antelación en el primer turno, a eso de las 9 de la noche. Si vas a la aventura te darán de cenar pero tendrás que esperar tu mesa mientras ves pasar por delante de ti los siete tipos de hamburguesa de los que se compone su menú.

No hace falta más. En dos tamaños, 160 o 250 gramos, y con diferentes combinaciones de bacon, lechuga, cebolla y varias salsas, Alfredo's satisface las exigencias de los madrileños desde octubre de 1981. Fue entonces cuando este neoyorquino amante de España decidió compartir con el público patrio sus amplios conocimientos culinarios sobre la cocina norteamericana. Hoy, la familia de Alfredo continúa al mando del negocio para controlar que las recetas sigan siendo las mismas que los convirtieron en leyenda hace más de 30 años pero el servicio se resintió con la entrada de camareros que descuidaron el trato con el cliente. 

Su local en el barrio de Salamanca tiene adeptos tan fieles que solo se pasan por las otras dos sedes, en Juan Hurtado de Mendoza 11  y Conde de Aranda 4, cuando Lagasca cierra por descanso o vacaciones. Pero ni la receta tradicional de la ensalada de col o la tarta casera de zanahoria, sus platos fuertes, consiguieron evitar la fuga de muchos habituales que se quejaron del ambiente masificado y la eterna sensación de que "quieren que te largues", una expresión muy yanqui con la que definieron su adiós. 

La decoración hace honor a este adjetivo y reúne en las paredes de gotelé la historia vivida a lo largo de la vida del restaurante. Banderas americanas de los distintos estados se confunden con retratos de indios del antiguo Oeste y alguna que otra foto de las caras más famosas que pasaron por el local. El ruido del comedor se combina con las voces de Bruce (Springsteen) y Mick (Jagger) para completar la fantasía. 

En sus mesas podrás encontrar fácilmente a una familia norteamericana completa comentando el último debate de las elecciones primarias de EE.UU. o incluso a los reyes de España, Felipe y Letizia, que de vez en cuando se dejan caer por allí. Lo cierto es varias fotos sacadas de revistas del corazón y colgadas en puntos estratégicos del reducto de Lagasca lo corroboran. 

Entre las últimas novedades en la cocina de Alfredo's esta la posibilidad de pedir una hamburguesa especial para celiacos. Un punto a su favor que te hace olvidar que las patatas son congeladas aunque las repartan en grandes cantidades. 

Alfredo's vivió su momento de gloria y para muchos ahora esta viviendo una segunda juventud con el empuje que está adoptando lo clásico entre los más jóvenes. Si lo que buscas es una buena burguer a la que hincarle el diente sin contemplaciones y a buen precio este es tu sitio. Apunta un secreto: también tienen servicio a domicilio. 

C/ Lagasca, 5 (Madrid)

T: 91 576 62 71

W: http://www.alfredos-barbacoa.es/

Precio medio: 15€