| 05 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Si Púnica se llevó a Aguirre, ¿qué no hará Gürtel? Luis Bárcenas cita a su juicio a todo el PP, hasta los navarros Del Burgo y Ayesa, con tal de salvarse.
Si Púnica se llevó a Aguirre, ¿qué no hará Gürtel? Luis Bárcenas cita a su juicio a todo el PP, hasta los navarros Del Burgo y Ayesa, con tal de salvarse.

Bárcenas lleva el miedo a todo el PP, más allá de Aguirre

Dimitida Aguirre, las acusaciones y el miedo se extienden a todo el PP, PSOE, Casa Real, partidos y comunidades: Bárcenas llega hasta una Navarra que ya tenía su propia corrupción.

| Pascual Tamburri Opinión

Estos días Esperanza Aguirre es, quién sabe si por última vez, la protagonista política dentro y fuera del PP. Pero nada hay ni de nuevo ni de sorprendente en ella ni en sus pasos, salvo, quizás, que ha dimitido y se ha apartado a diferencia de muchos otros. Todo se tambalea y con salir Aguirre las cosas no cambian: nos estamos acostumbrando a recibir cada día nuevas y escandalosas noticias de acusaciones, de juicios o de rumores de corrupción, de malversación de los medios del Estado y de décadas de putrefacción del sistema político. El PP se ha distinguido más por su torpeza en la gestión de los medios y de los servicios (de información) que por ser más corrupto que otros. Pero a estas alturas el “y tú más” no sirve de nada aunque se base en datos más que fiables, vamos a un cambio que será tan profundo como los grandes poderes permitan y que no va a delimitarse poniendo cara de inocente o de sorprendido. Y no se va a quedar ni en Madrid, ni en el PP, ni se librarán las siglas de izquierda o de provincias.

No puedo evitar recordar, será simple malicia, la cantidad de aventurados juicios de valor que en España se hicieron, allá en los años 90, sobre la corrupción política en Italia, hablando y pontificando, habitualmente sin saber, sobre "mani pulite" y "tangentopoli". Cierto que nosotros aún no hemos tenido un presidente del Gobierno condenado y muerto en el exilio como Bettino Craxi, pero creo que hemos tenido en los últimos 40 años pocos políticos del nivel intelectual y profesional de un Craxi o de un Andreotti o un Cossiga, no digamos de un Almirante, y no llevamos camino de tenerlos. Espero sinceramente que mientras el sistema de partidos de aquí agoniza los representantes de PP, PSOE y de todos los demás, además de los medios, adquieran la humildad y la prudencia que no demostraron entonces ni desde entonces. Porque ahora mismo en esta Península más occidental vamos ganando en corrupción, en torpeza, en mafia, en radicalización insulsa del sistema político y en peligros para la nación y para el Estado. El miedo, en palabras premonitorias, es que "la crisis del régimen se convierte en crisis del sistema y se entrelaza con el día a día, incluso en ese privado en el que todos se refugian a modo de último y desesperado baluarte defensivo".

Miedo, especialmente a lo que diga o enseñe Bárcenas

Como Manos Limpias, esto se extiende y parece poder llegar a todos. Si Aguirre hace un par de meses era para algunos posible solución es ahora para todos seguro problema. Luis Bárcenas por un lado, los EREs, la Casa Real y sus varias cositas por otro, todos los partidos y todas las autonomías sin excepción, tienen mucho que aportar y poco de qué presumir, según parece.

Entiendo la posición del extesorero del Partido Popular. Al acercarse los juicios de la trama Gürtel, Luis Bárcenas ha pedido que declaren ante el tribunal correspondiente cargos y antiguos cargos como Luis Fraga, sobrino de Manuel Fraga, el dirigente del PP alavés Santiago Abascal Escuza, padre de Santiago Abascal, María Paz Naseiro, hija del extesorero Rosendo Naseiro, el ahora encarcelado Miguel Granados, los empresarios José Luis Rois Gallego y Pablo Lago Bornstein y de sus gestores en Suiza de los bancos Dresdner Bank y Lombard Odier. Entre otros.

¿Qué quiere Bárcenas? ¿Está amenazando a todo su antiguo entorno con eso que algunos llaman “el ventilador”? Muy sencillamente, espera que se demuestre, y que se declare en ese sentido, que él, siendo o no tesorero, "en ningún momento [tuvo] una relación personal, de amistad y, menos aún, empresarial" con el supuesto líder de la red Gürtel, Francisco Correa; y que "ninguno de los testigos e imputados ha relacionado a Luis Bárcenas con la mediación en ningún contrato público, ni con la solicitud o cobro de ninguna dádiva para dicho fin". Bárcenas se enfrenta en el juicio de Gürtel a una petición fiscal de 42 y años medio, y espera obtener pruebas y testimonios que impidan dar por probados los hechos que se le imputan.

Si nuestros políticos, gobernantes y periodistas recuerdan vagamente lo que ellos mismos y sus maestros decían en tiempos de Tangentopoli y han dicho después, unos acusados obtenían testimonios útiles de otros cargos, políticos y antiguos tales, con la amenaza implícita –sólo implícita, claro, pero aquello era Italia- de implicarlos con nuevos datos, testimonios y rumores en la corrupción. Peligroso, con una opinión pública entre asustada y enfurecida, radicalizada y descreída. Peligroso para las siglas, y muy peligroso para las personas que pusieron cara y nombre a esas siglas. Por eso, y más tras el bombazo de Aguirre, Bárcenas –y no sólo él- da miedo a todo el PP; al viejo PP porque puede verse pringado con razón o sin ella, y al nuevo porque ni es tan nuevo ni su salvación puede venir más que de hacer lo que el PP no se ha atrevido a hacer teniendo poder, más que de seguir renunciando a todo lo ya abandonado. Y el ventilador del tesorero llega también a Navarra, y empieza por arriba, ya que Bárcenas ha conseguido citar también al expresidente de la Diputación Jaime Ignacio del Burgo y al exconsejero regional de Salud Calixto Ayesa. El miedo, a diferencia de Bárcenas, es libre y se extiende.

Pascual Tamburri