El primer incendio de Sánchez: Zapatero, operación Madina y el motín de Madrid

Un importante sector del PSOE, que lleva meses conspirando en silencio contra su líder, se levanta en armas una vez constatado el fracaso de Pedro Sánchez en su intento de alcanzar la investidura, el fracaso que ha abocado a España a nuevas elecciones el próximo 26 de junio. En algunos círculos se conoce como "operación Madina" y, en una primera fase, consiste en llevar al joven político vasco al próximo Congreso de los Diputados para lo que es preceptivo que este vaya en las listas y en un puesto de salida.

Cabe recordar que Madina fracasó en su intento de ser diputado el 20-D. Sánchez, con quién había disputado las primarias a la secretaría general del PSOE, le ofreció ir de candidato por el País Vasco o por Madrid. Madina eligió la lista de la capital pero concurrió en un séptimo puesto porque Sánchez impusó al partido en Madrid dos candidatas muy discutidas por todo el PSOE, la ex diputada de UPyD, Irene Lozano, y la comandante del Ejército Zaida Cantera, conocida por haber denunciado acoso por parte de un superior.

El motín de Madrid

La estrategia de Sánchez en Madrid se saldó con un sonoro fracaso. Los socialistas, que en 2011 habían sido la segunda fuerza con 875.000 votos y 10 escaños, el 20-D se convirtieron en la cuarta fuerza, con 643.158 votos y seis escaños. Madina quedó fuera de las Cortes, un hecho que soliviantó a un importante sector del PSOE que se mueve aún bajo los auspicios de Zapatero y José Blanco.

Este sector quiere que Madina sea diputado para que pueda erigirse, en su caso, en la alternativa a Sánchez si el PSOE, como prevén todas las encuestas, empeora su resultados y si la unión de Podemos e Izquierda Unida protagoniza el temido sorpasso. La presencia del político vasco está cara en las listas del País Vasco con pesos pesados del partido como números uno por Vizcaya y Guipúzcoa, Patxi López y Odón Elorza. La presencia de Madina en Madrid requiere de un motín socialista contra Pedro Sánchez.  Los rebeldes quieren ver fuera a Lozano y Cantera, que además han jugado un papel insignificante en estos últimos cuatro meses. Queda por ver si Sánchez conserva la fuerza suficiente para imponer sus nombres como en el 20-D.