| 24 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Cinco razones para tener la Vitamina C siempre presente en tu dieta

Además de un estupendo antioxidante es una gran fuente de colágeno y resulta indispensable para la absorción de otros minerales, pero es que es la mejor ayuda para tu sistema inmunitario.

La ingesta de Vitamina C es uno de los aportes nutricionales más importantes que debemos tener en cuenta durante toda nuestra vida. La Vitamina C, también denominada Ácido Ascórbico, es un nutriente indispensable que podemos encontrar en muchos alimentos como la clásica naranja, hasta en otras verduras y hortalizas cuyo aporte es menos conocido, como el brócoli.

En términos generales, la mayoría de la población no suele fijarse en la ingesta de esta vitamina indispensable para el buen funcionamiento de nuestro organismo y, por este motivo, en el día de hoy queremos hablaros de todas las razones por las que debemos incluir más a menudo este tipo de vitamina.

Además, también hablaremos de en qué formas podemos incorporar la Vitamina C a nuestra dieta, ya que podemos hacerlo a través de alimentos naturales o también a través de complementos alimenticios como Solaray Vitamina C.

Un fuerte antioxidante

El primer motivo por el cual debemos consumir alimentos ricos en vitamina C de manera regular es porque esta vitamina supone un fuerte antioxidante celular para nuestro cuerpo. A menudo, debido a los agentes externos que influyen en nuestro organismo, las células que lo conforman tienden a oxidarse y perder sus facultades, a lo que la vitamina C ayuda a esta acción antioxidante.

Además, la Vitamina C actúa directamente sobre los radicales libres, evitando la oxidación y contribuyendo a que el envejecimiento de nuestro organismo (a nivel capilar, por ejemplo), también se efectúe de una manera mucho más lenta.

Una fuente de colágeno

Además de un fuerte antioxidante, la vitamina C es también una maravillosa fuente de colágeno, una proteína que nos ayuda a mantener en perfecto estado nuestros tendones, músculos y ligamentos. De este modo, el colágeno también nos ayuda a cicatrizar heridas más rápidamente, por lo que es una forma sencilla de cuidar todo nuestro organismo.

Por otra parte, la vitamina C al producir colágeno también nos ayuda increíblemente para mantener radiante la piel de todo nuestro cuerpo, especialmente en la cara y las manos, que son dos de las partes más sensibles al envejecimiento.

Indispensable para la absorción de otros minerales

La vitamina C, además de los aportes que realiza a nuestro organismo de manera directa, también es un estupendo recurso que ayuda, de forma indirecta, a la absorción de otros tipos de minerales,  vitaminas y nutrientes esenciales.

En este caso, la vitamina C es especialmente efectiva cuando se trata de fomentar, por ejemplo, la absorción del hierro. Es, por tanto, una vitamina prácticamente indispensable para todas aquellas personas que sufran de anemia y quieran mejorar la absorción del hierro por parte de su cuerpo.

Una ayuda al sistema inmunitario

Finalmente, el último de los beneficios por los cuales se recomienda consumir diariamente alimentos que contengan vitamina C es porque supone una grandísima ayuda para fortalecer nuestro sistema inmunitario. La vitamina C es un estupendo aliado que aumenta nuestras defensas y nos ayuda a estar más protegidos frente a las enfermedades, recomendándose sobre todo su consumo durante el invierno para este fin.

¿Cómo incluir la vitamina C en tu dieta?

Incluir la vitamina C en una dieta es algo verdaderamente fácil y al alcance de cualquiera. Por lo general, con introducir cada día varias piezas de frutas cítricas, por ejemplo, la clásica naranja o el pomelo, u otros tipos de frutas como el kiwi, las fresas o el melón, ya estaríamos haciendo suficiente. De todas formas, también existen muchos otros alimentos que contienen vitamina C, sobre todo verduras y hortalizas como el pimiento rojo, el brócoli, la patata o los tomates.

Por último, también debemos comentar que, para aquellas personas que no puedan consumir estos productos debido a cuestiones de gustos o de alergias o intolerancias alimentarias, existen también muchos complejos vitamínicos y suplementos alimenticios que pueden ser también una buena fuente de Vitamina C para nuestro organismo.