| 24 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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La jaula de oro y el agresor camaleónico

La violencia machista se ejerce también en familias adineradas. El arma más letal del agresor es la coacción psicológica, el poder sobre los demás; y su debilidad: “que todo salga a la luz”

| Eva García Lara * Edición Valencia

Los hombres maltratadores existen en todas las clases sociales sin distinción, machistas que forman parte del patriarcado, y todas podemos ser víctimas de su violencia. Son intolerantes, autoritarios, chantajistas, críticos, controladores, mentirosos, con falta de control emocional, baja o nula empatía y sin arrepentimiento por sus acciones agresivas y puede producirse en cualquier convivencia de la pareja y en cualquier clase social, no nos engañemos.


Es un mito que la violencia de género o machista ocurra solo en las clases sociales más desfavorecidas, con escasos recursos económicos y con poca formación académica. En ocasiones se producen desavenencias en la relación sentimental en aquellas personas que aparentemente viven en castillos de cuentos de hadas, pero lamentablemente se repiten los mismos patrones: El poder y el control sobre la mujer.


Hay políticos, empresarios, alcaldes, ministros, médicos, jueces… que ejercen violencia psicológica o emocional, sexual, física, económica y social sobre sus parejas sentimentales, siendo verdaderos “camaleones” en esta sociedad, tema que aborda Vicente Garrido magistralmente en su libro ´El psicópata: un camaleón en la sociedad actual´. Aunque, con ello, no queremos decir que todos lo sean, sino solo aquellos que ejercer -un control excesivo- sobre su pareja sentimental, que son auténticos maltratadores.


¿Ocurre la violencia de género oculta en la clase alta? La respuesta es afirmativa y muchos de los factores que influyen para que la mujer maltratada no se decida a denunciar y que salga a la luz es la falta de independencia económica, aunque también influye la posición social y la credibilidad, la fama personal.


Viven en mansiones de lujo, sus hijos están escolarizados en los mejores centros educativos, visten con las últimas tendencias del diseño, pero no disponen de dinero en efectivo, ni tienen acceso a las cuentas bancarias, … Simplemente están encerradas en una jaula de oro cuya llave porta su supuesto agresor. Un narcisista machista, un obsesivo controlador de la vida de la mujer.


Otro factor importante es el poder social del maltratador. Tienen miedo a sus influencias políticas, sociales, económicas, a no ser creídas por su círculo social y familiar… a la vergüenza del qué dirán, problema que también se da y con más énfasis en clases sociales medias-altas y en niveles socioeconómicos y culturales desahogados, al intentar reflejar una familia modélica, perfecta.


Los “innombrables” con alto poder social y adquisitivo intentan conseguir el perdón en la llamada “luna de miel” del ciclo de la violencia de forma material, mediante regalos caros: les compran un vehículo nuevo, viajes, joyas… las quieren de mujer florero, son su propiedad más preciada a la que no van a renunciar en un principio. No quieren por nada del mundo habladurías, ni manchar su prestigio, su expediente perfecto. Su arma más letal es la coacción psicológica, el poder sobre los demás, la manipulación de las voluntades, y su debilidad: “que todo salga a la luz”.


Como dijo Rosa Chacel: “Claro que hay que romper las barreras, pero ¿con qué ariete?...
Uno de los arietes que yo les daría entre otras seria la independencia económica real, suficiente e inmediata, para ser completamente autónomas y poder cubrir sus necesidades básicas y las de sus hijos. El empoderamiento de la mujer es la libertad para que las mismas aprendan, se preparen, estudien, se desarrollen, y avancen en el ámbito laboral, teniendo éxitos en las actividades que desempeñen, inclusive puestos de alta responsabilidad.

 

La mujer emprendedora puede defenderse de aquellos monstruos machistas que quieren dominarla, pero podrá hacerlo precisamente por su alta preparación para afrontar los problemas (menos necesidades: económica, social, personal).


El maltratador sabe de la dependencia por necesidades, y en eso incluye a los hijos. Un tema muy delicado, observando la cruda realidad de hoy día.


No se puede cambiar la vida de una mujer en 24 horas, pero sí ayudarla, muchas veces con los hijos que su marido quiere arrebatar, coaccionándola con un abogado de prestigio, porque hay justicia para ricos y para pobres por desgracia… No es lo mismo pagar un buen abogado (por no decir el mejor) a que te asignen uno de oficio. Es algo que sabemos todos.


La diferencia de las altas clases…


Esa diferencia no aparece en ningún manual, ni se explica en resultados estadísticos, para saber qué está funcionando mal y por qué.


Muchos de estos casos no se conocen ni se conocerán, precisamente porque se pueden comprar voluntades con dinero y no sacar a la luz cuestiones que pueden afectar directamente al maltratador machista, que le pone directamente en el candelero de la opinión pública.


Siempre y cuando la mujer salga de la tela de araña y empiece una nueva vida es un logro sin precedentes

 

*Policía Local y Grupo EmeDDona