Sánchez, dispuesto a sacrificar a la Fiscal General del Estado para domar a ERC

Esta semana que entra puede ser crítica -incluso no podría haber tregua navideña- en las negociaciones entre el PSOE y Esquerra Republicana de Cataluña para permitir que Pedro Sánchez pueda continuar en Moncloa, al frente de un Ejecutivo compartido con Podemos.

El pasado jueves, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea sobre Oriol Junqueras puso todo patas arribas, cuando, al parecer, las conversaciones estaban muy avanzadas. ERC decidió subir el precio de su abstención o su "sí" a la investidura de Sánchez y así lo dejó claro el congreso de la formación indepe celebrado este fin de semana: quieren que el Gobierno se mueva y ponga en la calle a Junqueras y no renuncian a la vía unilateral para que Cataluña sea independiente.

Una de las exigencias de ERC es que la Abogacía del Estado se pronuncie este lunes en términos favorables a los intereses de Junqueras. Pero Pedro Sánchez parece haber encontrado otro regalo navideño para los secesionistas que podrían ablandarlos: la cabeza de la fiscal general del Estado, María José Segarra.

Junqueras ya abusa de Pedro Sánchez: "Negociaremos la autodeterminación"

Según informa Vozpópuli, la posible sustitución de Segarra -nombrada por el Ejecutivo de Sánchez, nada más llegar al poder, en junio de 2018- ha estado "sobre la mesa" de negociaciones entre el PSOE y ERC.

Dicho cambio "puede ser determinante después del fallo del Tribunal de Luxemburgo sobre la inmunidad de Junqueras como europalamentario. En ese sentido, el PSOE está apremiando a ERC para que facilite la investidura de Sánchez lo antes posible.".

Dos pájaros de un tiro

Lo cierto es que Pedro Sánchez pareció haber perdido la confianza en Segarra hace ya tiempo, cuando el Ministerio Público no se plegó, como sí lo hizo la Abogacía del Estado, a cambiar la calificación penal del golpe de Estado independentista del 1-O a sedición en lugar de rebelión, como así lo mantuvo la Fiscalía hasta el final del juicio del procés en el Tribunal Supremo.

Con la salida de Segarra, Sánchez mataría así dos pájaros de un tiro: se desharía de una profesional del derecho incómoda en su Administración y contentaría a los que quieren romper España.