| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

La pesadilla de Rivera: Girauta y otros 20 diputados de Cs pueden caer el 10-N

Las encuestas coinciden en anticipar que Ciudadanos será el más perjudicado por la repetición electoral. Toledo, Ávila, Jaén, Tenerife, Cáceres, Pontevedra... estos son sus escaños en duda.

| Ana Isabel Martín España

El voto útil, el aumento de la abstención y la estrategia de Albert Rivera en estos meses amenazan con convertir las elecciones del 10 de noviembre en una tormenta perfecta para Ciudadanos.

Una mucho mayor que la que sufrió el partido con la repetición electoral de junio de 2016, cuando los naranjas vieron cómo se les esfumaban 8 de los 40 escaños que habían obtenido hacía solo medio año antes. 

Ahora la situación pinta más complicada para Cs, que ve peligrar una veintena de los 57 escaños que consiguió el 28 de abril, cuando firmó los mejores resultados de su historia y se quedó a 220.000 votos del PP.

Y lo que es más. No solo el PP ha puesto su mira telescópica en los votantes de Cs, sino también el PSOE. Hay quienes hablan de que, a pesar de la guerra declarada de Rivera contra el sanchismo, aún hay medio millón de votantes que pendula entre ambas formaciones. 

El mapa de las posibles bajas naranjas se extiende por toda España, en especial por las circunscripciones donde hay en juego cinco o menos escaños. Y comienza en Toledo, donde Cs obtuvo un escaño con Juan Carlos Girauta al frente de la candidatura y ahora está en la cuerda floja. 

Sin salir de Castilla-La Mancha, Cs no tiene nada claro que pueda revalidar el escaño que sacó por Guadalajara, ni el de Albacete. Y en Castilla y León pasó de uno en 2016 a ocho en abril (obtuvo en todas las provincias menos en Soria) y ahora están en el alero cuatro: el de Ávila, Zamora, Palencia y Segovia, circunscripciones todas ellas donde se disputan únicamente tres diputados.  

En Aragón, si se cumplen los peores pronósticos para Cs los naranjas se quedarían sin el escaño de Huesca y el de Teruel. Y en Andalucía, donde el 28-A los de Rivera obtuvieron más votos que el PP (aunque los mismos diputados), hay dos circunscripciones especialmente delicadas: Jaén y Huelva. Tampoco está del todo claro el escaño del número dos de la formación, José Manuel Villegas, por Almería.   

Cataluña será una prueba de fuego para Cs, que aspira a conservar sus cinco escaños allí

Una prueba de fuego para conocer el estado de Cs será Cataluña, donde empezó todo. Inés Arrimadas será la encargada de tirar del carro nuevamente y el partido aspira a amarrar los cinco escaños que tiene (cuatro por Barcelona y uno por Tarragona).

Por contra, los de Rivera se pueden quedar sin representación en Cantabria y La Rioja, donde tienen un único diputado, respectivamente. Y también en Galicia, donde el ascenso de los de Pablo Casado amenaza con laminar la representación que Cs logró en abril en Pontevedra y La Coruña.

En esta segunda circunscripción el partido deberá luchar además contra la baja de Marta Rivera de la Cruz, una de sus caras más conocidas, que fue cabeza de cartel en abril y en agosto dejó el Congreso para ser consejera de Cultura y Turismo en la Comunidad de Madrid. 

Madrid será otro gran examen para Cs, ahora que gobierna en coalición con el PP. En las anteriores generales logró ocho escaños, uno más que los de Casado. Ahora tendrá complicado mantener al menos el último. 

En Extremadura, el escaño de Cáceres también está en duda para los naranjas, no tanto el de Badajoz. En la Comunidad Valenciana, el tercer diputado que consiguieron en Valencia en abril se les ha puesto muy cuesta arriba ahora. Y en las Islas Canarias, tampoco está nada claro que Cs pueda conservar el escaño de Santa Cruz de Tenerife, el que ocupa Melisa Rodríguez

El peor de los escenarios para Ciudadanos es, pues, perder un tercio de su representación parlamentaria, con la sangría económica que además ello supondría. Por ahora los de Rivera insisten en que los sondeos siempre infravaloran al partido naranja, pero la situación no es halagüeña.