| 15 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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El señor de Murcia que anunció a Catalá y al que Casado encomienda el PP

Teodoro García Egea marca los tiempos, como demostró para anticipar el nombre de la candidata a la alcaldía de Valencia y ahora para repartir culpas y eludir responsabilidades

| Héctor González Edición Valencia

La noche de la ilusión electoral rota para el Partido Popular,  Pablo Casado aparecía ante los medios de comunicación para anticipar una explicación al catastrófico resultado. Lo hizo flanqueado por Adolfo Suárez Illana a su izquierda y por Teodoro García Egea a su derecha. Los tres vestían trajes oscuros y comparecían prácticamente codo con codo. Sin dejar unos centímetros de espacio vital entre ellos.

Casado, en su corta intervención, miró varias veces de soslayo a su secretario general. No le dirigía una mirada reprobatoria ni de asentimiento. Más bien se trataba de la búsqueda de una ratificación, de necesitar que su alter ego corroborara con un gesto lo que Casado decía. Y Teodoro permanecía hiératico.

El mismo Teodoro que acompañó a Pablo Casado en los debates electorales televisivos. Mientras que sus contrincantes apostaron por sus estrategas en comunicación (Iván Redondo escoltaba a Pedro Sánchez o Fernando de Páramo a Albert Rivera), Casado se encomendaba exclusivamente al señor de Murcia, más en concreto de Cieza, al que atribuye gran parte de su éxito para acceder a la presidencia del PP. Quizás sin percatarse de que no sirve la misma táctica para vencer en unas elecciones primarias donde vota la afiliación más o menos homogénea que para cosechar votos del conjunto de un electorado heterogéneo. 

El secretario general también fue quien anticipó la aproximación amistosa al electorado fugado a Vox que antes el PP consideró propio. Lo hizo al reivindicar con fervor las tradiciones aprovechando la cercanía de la Navidad de 2018. De una manera casi teatral (puede ser inspirado por el escenario, el teatro Circo de Murcia, de su región). A partir de ahí no cesó el acercamiento. De hecho, el propio y ubicuo Teodoro gestó el pacto de investidura de Juan Manuel Moreno en Andalucía al protagonizar las reuniones con su homólogo de Vox, el secretario general de este partido, Javier Ortega Smith.

 

Mientras, tenía tiempo, con el debate encendido en la Comunitat Valenciana sobre la candidatura por Valencia, para anunciar que la lista local la encabezaría María José Catalá. Lo hizo en una emisora de ámbito nacional dos días antes de que se celebrara en Valencia precisamente el acto en el que se oficializaría ese puesto para la exconsellera de Educación. Una vez más, Teodoro marcaba los tiempos.

Como esta semana, cuando fue el primero en salir, el pasado lunes, para eludir cualquier responsabilidad de Pablo Casado en la debacle electoral del PP. Lo hizo bajo el argumento de que únicamente llevan diez meses de trabajo y no se les pueden exigir resultados.

Que pregunten a Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, que esta temporada ha destituido sucesivamente a Julen Lopetegui y a Santiago Solari. Diez meses es menos de lo que dura una campaña futbolística. Si el Real Madrid o el Barcelona fichan a un entrenador para ganar la liga y no solo no lo consigue, sino que suma apenas la mitad de puntos que su rival, ¿qué cree que hará su presidente? ¿Le dirá que siga, que diez meses resulta un tiempo insuficiente para forjar un proyecto, como afirma Teodoro?

Tras la aseveración de su secretario general, Pablo Casado ha pasado toda la semana repartiendo responsabilidades a propios y extraños, siguiendo, una vez más, la línea marcada por la persona de su máxima confianza. Incluido Vox, partido que ha pasado de ser el aliado indispensable y tantas veces aludido con el denominado ´pacto a la andaluza´, a convertirse en un desdeñado rival al que califica de "derecha radical" para marcar toda la distancia posible. De una día para otro, en una suerte de esquizofrenia que puede acabar de socavar la moral y la confianza del votante del PP.

¿En qué quedamos, en que Vox es socio indispensable o, por el contrario, constituye el enemigo radical culpable de la división del electorado del PP? Todo queda en las manos, o, mejor dicho, en lo que salga de los labios de Teodoro García Egea. Si en 2008 consiguió, con esa misma fuerza bucal, lanzar a 19 metros huesos de aceituna y convertirse en campeón del mundo de esa especialidad en 2008, en 2019, de momento, ha logrado llevar a un mínimo electoral a su partido.

¿Que ha tocado suelo, como afirma María José Catalá, la candidata anunciada por el señor de Murcia? También afirmó el PP eso mismo en 2015, con la caída electoral en las autonómicas y en las municipales. El tiempo ha demostrado que el suelo, como ocurre en bastantes ocasiones cuando buscas tocarlo en el fondo de una piscina, está a un nivel bastante más inferior del que calculas cuando empezabas a sumergirte. Sobre todo en política. Que se lo pregunten a UCD, IU, UV, UPyD y a tantos otros partidos.