| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Echenique, Monedero, Garzón, la CUP y Maduro; los 'héroes' del #Nadaquecelebrar

Populistas y secesionistas de ambos lados del Océano celebraron el 12-O evacuando antológicas deyecciones. No hay sitio para tanto despliegue de neuronas, pero la selección ya es gloriosa.

| El Lector Perplejo Opinión

 

 

El bueno de Pablo Echenique no sale de esta sección, que va a convertirse en su segunda casa. O en su tercera. La primera es Argentina, de la que salió escopetado para encontrar en España unos cuidados médicos que merecía, sin duda, y un desarrollo personal y profesional que allí no hubiera tenido.

Obtuvo una carrera, un puesto de investigador y hasta tres cargos públicos o políticos en muy poco tiempo. No parece, en fin, que España se haya portado mal con él, lo que necesariamente significa una de las dos siguientes cosas: o esa es la manera habitual de comportarse en este país o, si sólo le toco a él, ha de ser un privilegiado.

El caso es que Echenique no se resiste a hablar mal de España siempre que puede, con ese tipo de tacto que tiene un elefante en una cacharrería. Y, cómo no, hacerlo el Día de la Hispanidad es una tentación irresistible que le permitió esparcir unas cuantas deyecciones en las redes sociales. Seleccionamos una, aunque la lista es más amplia:

 

 

Bien es cierto que sin caer en las burradas retóricas de otros colegas ideológicos, capaces de convertir el 12-O en una especie de jornada para franquistas nostálgicos o en una efemérides ignominiosa en recuerdo de un holocausto indígena; el segundo Pablito viene a decir que el país en el que tan bien le ha ido a él mismo necesita con urgencia ser distinto. O sea, que lo que hay, no vale. No está solo en el empeño. Su buen amigo Garzón le secunda con otra verónica antológica:

 

 

Y para no remar en solitario, se suma a la fiesta Juan Carlos Monedero, incomprendido y abnegado portador, por un precio módico, de la llama de los pueblos latinos oprimidos por el látigo españolista del Descubrimiento:

 

 

Una tarea a la que se suma otro gran demócrata, Arnaldo Otegi, aquel hombre que no dudó en psaar el día en la playa, con la familia, mientras ETA secuestraba, torturaba y ejecutaba a Miguel Ángel Blanco, insigne representante de la España opresora con los pueblos vasco o catalán y con los mayas y aztecas. Ahí dejó su boñiga, a ver quién la recoge ahora:

 

 

El hilo conductor del nacionalpopulismo, que hermana a Podemos con lo mejor de cada casa soberanista, acaba perfectamente perfilado con otras dos diatribas que cruzan océanos y hermanan en su causa a insignes satrapillas latinos con prohombres de la secesión catalana, en un todo armónico que hace las delicias de los revolucionarios aunque probablemente provoque agitaciones estomacales al resto.

 

 

De primero, uno de Maduro dando pábulo a la patraña histórica del colonialismo español (ya le gustaría a los venezolanos tener los derechos que el Rey de España reconoció a los 'indios' desde 1526) mientras machaca a sus ciudadanos con el aplauso de todos los anteriores. Y de segundo, como corolario, la traca final de la CUP, que nunca falla ni defrauda:

 

 

Ya lo saben: España es un país genocida y exterminador, que mata y abandona a todo el mundo desde al menos 1492. A excepción, curiosamente, de los heroicos paladines de la denuncia, los tipos que impiden que tanto dolor se olvide: todos ellos viven como Dios a costa del país opresor, y algunos, como Echenique, se zafan de él por el curioso procedimiento de instalarse a vivir aquí huyendo, tan sacrificado, de la arcadia latina que no logramos erradicar. Estaríamos muy ocupados ya, desde entonces, escuchando tonterías.

 Para quienes quieran comprobar hasta qué punto el victimismo indigenista se hermana con el victimario soberanista y la demagogia populista, rematamos con un fragmento de las Leyes de Indias promulgadas por España, recopiladas por @Absolutexe.

Tantos años y todo sigue igual: si la Constitución ya reconoce de sobra las identidades que conforman España, aquel cuerpo legal protegía con decencia los derechos de los pueblos oriundos. Pero, con esta tropa, como quien oye llover.