Exclusiva: Luena y Hernando se fueron de juerga la noche que dimitió Sánchez

Han pasado diez días desde el Comité Federal más traumático de la historia moderna del PSOE y los socialistas van a necesitar muchos más para curar las hondas heridas. 

Aquel 1 de octubre de cuchillos largos que acabó con la dimisión de Pedro Sánchez y la creación de una gestora se vivieron momentos muy tensos dentro y fuera de Ferraz. Momentos que dejarían a cualquier socialista con el ánimo hundido. Más si cabe a los que durante dos años formaron parte del círculo de confianza de Sánchez.

Es por eso que resulta sorprendente que esa misma noche, tras el espectáculo dado por el PSOE, algunos destacados pedristas se fueran de juerga hasta bien entrada la madrugada, según ha sabido ESdiario. Y ello cuando no tenían nada que celebrar, puesto que habían perdido el pulso contra Susana Díaz. Dejando, además, el partido hecho añicos.

La iniciativa partió del mismísimo número dos de Sánchez, César Luena, destituido aquella interminable jornada como secretario de Organización y que a la salida de Ferraz dejó este mensaje a las cámaras: "El PSOE debate pero nunca se rompe. Pido a la militancia que siga militando y cuando tenga voz y voto actúe".

Tras abandonar la sede socialista de noche, él, Antonio Hernando y algunos otros dirigentes cercanos al ya exsecretario general se fueron de copas por la zona donde reside Luena, cerca del Palacio Real y del Senado.

¿A ahogar las penas en alcohol? Desde luego no era ésa la impresión que daban a quienes se cruzaban con ellos. Según las fuentes consultadas por este diario, a Luena y compañía no se les veía especialmente afectados tras protagonizar una batalla campal en Ferraz de la que dieron buena cuenta las imágenes y audios que se fueron filtrando a la prensa los días posteriores.      

Es más. Bebieron y rieron mientras Sánchez pasaba su primera noche como exsecretario general junto a su mujer, Begoña Gómez. Por lo que se ve poco les duraron el luto por la muerte política de Pedro Sánchez y la pena de ver al PSOE partido en dos, con la militancia indignada.

Lo más curioso es que en los días posteriores el propio Luena pidió perdón a los afiliados y simpatizantes socialistas por el espectáculo dado. Claro que para entonces nadie sabía a qué se habían dedicado algunos, él incluido, esa noche de sábado en pleno recuento de daños en el PSOE.