| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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En los plenos de Alicante ya no se debaten mociones

Si se va a morir, mejor que no se muera aquí. Estas palabras, no literales, fueron las que espetó en plan broma el alcalde Luis Barcala a un vecino cuando éste terminaba su intervención en el último pleno del Ayuntamiento de Alicante. El afectado, conocido de las autoridades municipales, estaba convencido de que se moriría antes de ver solucionado el problema de incomunicación que sufren cuatro barrios alicantinos por culpa de las vías del tren. También habló de una estación intermodal, toda una quimera, y como tal, incumplida.

Destacar una broma pesada da idea del nivel del último pleno del 28 de noviembre. Solo destacó, por su verborrea y conocimiento de la lengua de Cervantes, el portavoz socialista, Paco Sanguino, que en una intervención brillante, respondió al edil de Ciudadanos, Antonio Manresa: “El único líder carismático, a la par que elegante y divertido, soy yo”. Lógicamente, hubo carcajada general porque el tono empleado por el líder socialista fue muy gracioso. Más de uno tuvimos que echar mano del diccionario para diseccionar alguna que otra palabra que lanzó en su intervención el culto portavoz del PSOE. Y es que ya saben: más vale caer en gracia que ser gracioso.

No hubo más. Por no haber, no se presentó ni una sola moción, que es lo que busca el señor Barcala, según denuncia la oposición. Todo quedó en ruegos, preguntas y declaraciones institucionales que se las lleva el viento. Eso sí, se presentaron dos urgencias que eran cualquier cosa menos urgentes, simple postureo sobre el Puerto y las asignaciones económicas a los grupos municipales. Demagogia y más demagogia.

Lo segundo más divertido, el señor Sanguino no tiene rival en este aspecto, fue la aprobación inicial por lo que se daba un arreglo de chapa y pintura a la ordenanza sobre tenencia de animales. Cuando el alcalde empezó a enumerar las enmiendas, al menos quince, con nombre como B 1, C2, 9.1... los ediles alzaban la mano para votar como auténticos zombis. Solo faltó que alguien dijera el famoso “tocado” y “hundido”; sinceramente... para olvidar. Al final salieron adelante los cambios, aunque durante el debate el concejal de Compromís, Rafa Mas -demasiado tenso y trascendente en sus intervenciones, quizá quiere disputar liderazgo a su compañero de bancada Natxo Bellido-, denunció que había dueños de perros que les cortaban las cuerdas vocales para que no ladraran. La verdad, todo muy desagradable.

Hablando de cortar, también hubo algún que otro comentario hacia los gatos alicantinos. Se los quiere esterilizar, normal, pero Vox, que siempre es Vox, insinuó que si los 'capas' ya no cazan ratas ni cucarachas. En fin, todo de un nivel intelectual y político propio de escenarios de más alta alcurnia.

Lo que sí hubo fue cierto ensañamiento contra la formación de Mario Ortolá, el portavoz de la ultraderecha más casposa, casi comparable con el independentismo. Además, cuanto más le daban, más feliz se le veía. No sabe cómo lograr protagonismo, pero cansa ya un poco con su populismo al estar siempre con el mismo tema: Cataluña.

El pleno, por desgracia para los vecinos, se ha convertido en una mera sucesión de temas intrascendentes para la ciudadanía donde se debaten asuntos que corresponden a otras instituciones. Es la línea que ha marcado Barcala, que no gusta a su socio de Ciudadanos, pero son habas contadas. Además, cuando hay que aprobar algo que interesa al primer edil, siempre acude en su ayuda Vox. ¿La formación naranja tenía alguna duda de dónde estaba? Dentro de tres años y medio, sin no cambia de estrategia, se convertirá en intrascendente, aunque pensándolo bien, ya lo son.