| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rufián, este jueves llegando al Congreso con los diputados de ERC para acreditarse.
Rufián, este jueves llegando al Congreso con los diputados de ERC para acreditarse.

Rufián se va de la lengua y cuenta cómo el enfado de Sánchez con ERC es teatro

¿Quiere Iceta realmente presidir el Senado? ¿Es real el enfado del PSOE y de Moncloa tras la bofetada del independentismo al líder del PSC? El portavoz de ERC irrumpe en el sainete.

| ESdiario España

Fiel a su estilo y aprovechando la expectación de su llegada al Congreso este jueves acompañado de sus nuevos compañeros de bancada, Gabriel Rufián ha irrumpido en el nuevo episodio del aparente divorcio entre Pedro Sánchez y el independentismo tras la bofetada recibida por Miquel Iceta en el Parlament.

El portavoz de Esquerra Republicana cree que el primer secretario del PSC en realidad no quería ser elegido senador en el Pleno del Parlament de este jueves, en el que ha sido rechazado por los partidos independentistas, y ha querido dejar claro que ERC y el PSOE mantienen contactos pese a lo ocurrido y que la formación republicana no piensa ser responsable de que "los hijos de Aznar y de Don Pelayo" lleguen a la Moncloa.

De esta forma, Rufián ha puesto sordina al presunto enfado de Sánchez y de la cúpula de Ferraz. El presidente en funciones había propuesto que Iceta presidiera el Senado en esta nueva legislatura, pero para ello debía ser elegido previamente senador por el Parlament, que lo ha rechazado con los votos de ERC, Junts y la CUP.

Según Rufián, en realidad Iceta no quería presidir el Senado. "Es un tipo muy listo, inteligentísimo, y me extraña enormemente que la última semana haya estado diciendo cosas raras para no hacer lo que supuestamente quería hacer. Ha dicho cosas que casi eran una declaración de intenciones para no ser votado", ha comentado en el Congreso.

A su juicio, ocurrió lo mismo con el proyecto de Presupuestos que presentó el Gobierno de Pedro Sánchez, que un día parecía "las tablas de Moisés" y "de repente" dejaron de ser tan importantes como para negociarlos.