Celaá pierde los papeles e insulta a Vox desde la mesa de portavoz del Gobierno

En una actitud impropia de su cargo y de la neutralidad exigible a un portavoz del Gobierno detallando ante los periodistas lo aprobado por el Consejo de Ministros, Isabel Celaá ha dedicado este viernes la sala de prensa del Palacio de La Moncloa para atacar a tres partidos políticos que representan a millones de españoles. Toda una pérdida de papeles.

La ministra portavoz ha asegurado que es "sorprendente" y "difícil de entender" que el PP y Ciudadanos "se arroguen el derecho a presidir la Junta de Andalucía", después de que el PSOE, con Susana Díaz al frente, fuera el "claro vencedor" de las elecciones del pasado domingo.

"Es cierto que ninguno de los partidos tiene los suficientes apoyos parlamentarios para formar Gobierno y que es necesario para llegar a acuerdos, pero resulta difícil de entender que PP y Ciudadanos se arroguen el derecho a presidir la Junta, sorprendente", ha apostillado la portavoz de Sánchez.

Celaá ha defendido que existe una diferencia "enorme" entre la posibilidad de que PP y Ciudadanos pacten con Vox para acceder a la Presidencia de la Junta de Andalucía y el hecho de que Pedro Sánchez llegara al Palacio de la Moncloa gracias a los votos de los partidos independentistas.

En este sentido, Celaá ha sostenido que "no es lo mismo" una moción de censura "en la que nada se negoció" que "una negociación para conseguir la Presidencia de la Junta de Andalucía", en la que se intentará llegar a "acuerdos" y por tanto hay una "cesión mutua". "Hay una diferencia muy grande", ha insistido.

Y después se ha dedicado a arremeter contra Vox. Ha reconocido Celaá que la formación que dirige Santiago Abascal ha sido una "sorpresa" y ha avisado de que esa sorpresa "sería aún mayor" si PP y Ciudadanos pretendieran buscar el apoyo "del partido de ultraderecha" para presidir la Junta.

A este respecto, ha recordado a la experiencia con partidos "de la ultraderecha" en otros países europeos, como Francia o Alemania, donde se ha establecido un "cordón sanitario" para no "blanquear" sus posiciones "como reminiscencia de los resultados de las políticas de ultraderecha en el siglo XX".