Ahora que la Junta Electoral ya ha apagado su vigilancia, la portavoz del Gobierno se sale de su papel institicional para decirle a PP y Ciudadanos lo que tienen que hacer.
Terminada la vigilancia de los hombres de negro de la Junta Electoral, la portavoz del Gobierno en funciones ha vuelto a abrir la mano de su papel en la mesa de conferencias del Consejo de Ministros. Y lejos de representar el papel institucional que se le presupone, Isabel Celaá ha vuelto a erigirse en una especie portavoz bis del PSOE para arrimar el ascua a la sardina de Pedro Sánchez.
Así, Celaá ha explicado que el Gobierno mantiene la primera quincena de julio como fecha "tentativa" para celebrar el debate y votación de la investidura de Sánchez como jefe del Ejecutivo, si bien ha vinculado que este pronóstico se cumpla con la "responsabilidad" que ejerzan PP y Ciudadanos.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Celaá ha señalado que la posibilidad de cumplir con esta fecha estimada "estará en función de si PP y Ciudadanos" ven igual de urgente que el Gobierno el que para entonces pueda haber un nuevo Ejecutivo.
La ministra ha pedido a PP y Ciudadanos que hagan un ejercicio de responsabilidad para que el Gobierno de España "no dependa de fuerzas independentistas". Por tanto, ha incidido, de Casado y Rivera "depende que se obstaculice o salga adelante la investidura" que Sánchez quiere intentar "cuanto antes". De ellas depende también por tanto que esta investidura "llegue antes o después", ha abundado.
La formación cuanto antes de un Gobierno estable en España no sólo sería una buena noticia para el país, sino también para Europa, ha resaltado.