| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rajoy durante su comparecencia en el Supremo.
Rajoy durante su comparecencia en el Supremo.

Magistral: Rajoy tumba con una sola frase la torpe estrategia de las defensas

El juez Marchena tuvo que apercibir en varias ocasiones a los letrados para que no le hicieran perder el tiempo. El expresidente del Gobierno estuvo escurridizo y correoso con ellos.

| A.I.M. España

La esperada comparecencia de Mariano Rajoy ante el Tribunal Supremo como testigo en el juicio del procés no aportó grandes luces sobre lo que ocurrió entre bambalinas en aquellos días de septiembre y octubre de 2017. 

El expresidente se limitó a decir, al respecto de las negociaciones con la Generalitat para evitar el choque de trenes, que durante esas semanas habló con "muchas personas" y que todas le dieron su opinión, pero que él tenía claro cuál era su papel. 

"Yo no negocio el cumplimiento de la ley, ni la soberanía española, ni la Constitución. Eran plenamente conscientes", sostuvo Rajoy, que ni siquiera aclaró el papel que jugó Íñigo Urkullu, quien en las crónicas de aquellos convulsos días que siguieron al 1 de octubre fue retratado como el mediador entre el presidente del Gobierno y Carles Puigdemont

"No ha habido ningún mediador de nada porque mis posiciones estaban claras", zanjó Rajoy

Por lo demás el paso de éste por la sala del Supremo fue un intento en vano de los abogados de la acusación por armar un relato político según el cual si hubo alguna violencia en torno al 1 de octubre ésa fue ejercida por la Policía y no por los independentistas. En la misma línea argumental que un día antes había mantenido el expresidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart

Hasta le mostraron un vídeo de TV3 con la intervención de los agentes en un colegio de Barcelona y declaraciones de testigos enseñando los golpes recibidos. 

"¿Pudo ver las lesiones que se causaron a los votantes?", le preguntó Andreu van den Eynde, abogado de Oriol Junqueras y Raúl Romeva. "Si no se hubiera llamado a la gente a un referéndum ilegal, ni usted ni yo hubiéramos tenido que ver las lesiones", sostuvo Rajoy con contundencia. La frase le sirvió para tumbar toda la estrategia de las defensas.

Ésa fue la línea argumental de su declaración, culpar a las autoridades catalanes de todo lo ocurrido por hacer caso omiso a los requerimientos del Tribunal Constitucional tras los 20 recursos presentados por el Gobierno.

 

Y sí, como Soraya Sáenz de Santamaría, también el expresidente vio violencia a las puertas de los hoteles donde se alojaban los policías desplazados a Cataluña, en el acoso a alcaldes constitucionalistas. "Decir que no hubo acoso es estar ciego. Todo el mundo que quiso verlo lo vio", sostuvo.

Las defensas formularon tantas preguntas que no venían a cuento para la causa que el presidente de la Sala, Manuel Marchena, tuvo que intervenir en varias ocasiones para afear a los letrados por dónde estaban intentando llevar el interrogatorio. 

"La autocrítica de cómo salió (la actuación policial del 1-O) puede tener interés informativo o político, pero jurídico ninguno. Si usted quiere seguir estamos todos perdiendo el tiempo", le recriminó el juez a Van den Eynde.

"Estamos sometiendo a un examen jurídico al testigo. No trate de convencer al testigo, trate de convencernos a nosotros. Pierde usted el tiempo y perdemos nosotros el tiempo", le afeó a Francesc Homs, letrado de  Jordi Rull, Jordi Turull, Joaquim Forn y Jordi Sànchez.

"Haga una pregunta relacionada con los hechos", le dijo a Marina Roig, abogada de Jordi Cuixart. Y así todo.

Durante toda la declaración Rajoy estuvo tranquilo y no hizo sino reafirmarse en lo que lleva años diciendo: "Son los españoles los que deciden lo que es España".