| 18 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

La higiene oral en los centros educativos, básica contra la caries

La higiene oral es fundamental en la prevención de una de las enfermedades más frecuentes que padece el alumnado en las aulas, la caries. Afecta a la mitad de niños de entre 5 y 6 años

Por delante incluso de otro tipo de enfermedades, la caries llega a afectar a más del 50% de niños de entre 5 y 6 años según encuestas previas en la Comunidad Valenciana e incluso a niños de menor edad. Según la Organización Mundial de la Salud, nueve de cada diez personas en todo el mundo está en riesgo de tener algún tipo de enfermedad bucodental, lo cual incluye desde caries hasta enfermedades de las encías pasando por el cáncer de boca.

 

La prevención empieza en la infancia y, sin embargo, incluso en los países desarrollados, entre el 60% y el 90% de los niños en edad escolar tienen caries. Dada la importancia que tiene y las múltiples secuelas que produce, es importantísimo que existan unos hábitos de higiene y alimentación adecuados desde las edades más tempranas. Algunas de las secuelas que van a producir un impacto negativo en la calidad de vida de nuestro alumnado son, entre otras, un descenso del rendimiento escolar por molestias o dolores, dificultad al pronunciar produciendo alteraciones en el lenguaje, cambios nutricionales al no poder alimentarse correctamente por presentar molestias, así como alteraciones psicológicas por falta de autoestima o incluso sociales en las que se ven alterados los comportamientos.


Los dientes de leche tienen funciones muy importantes tanto para mantener el espacio de los dientes que saldrán después que son los permanentes, como también para facilitar el lenguaje y la alimentación de nuestros pequeños. Es por ello que la higiene debe comenzar en el bebé, humedeciendo una gasa con suero fisiológico para limpiar las mucosas de la boca y también conforme salen los primeros dientes de manera suave con una gasa.

 

Cuando los pequeños empiezan a manejar y coordinar ciertos gestos y acciones para limpiar sus dientes se puede usar un cepillo adaptado a su edad, de cabezal pequeño y sin pasta. Se aconseja el uso de la pasta dental a partir de los 3 años, adaptando la cantidad de flúor de la misma según la edad y siempre es importante que los progenitores o cuidadores supervisen la limpieza dental. A partir de los 6-7 años se puede ir introduciendo el uso de la seda dental, pues lamentablemente un porcentaje importante de la población no la utiliza y previene caries que se producen entre los dientes al no llegar el cepillo a limpiar adecuadamente esas zonas.


En este aspecto es interesante que este tipo de acciones preventivas se lleven a cabo ya desde los centros de infantil o guarderías, pues es la adquisición aprendida del hábito la que nos ayudará en la prevención de la enfermedad. Además, el aprendizaje por imitación con los compañeros llega a fomentar que se adopten este tipo de conductas saludables. Va a resultar imprescindible que en los hogares se promuevan estos hábitos y que los niños vean que toda la familia lleva estas pautas de higiene, pues será nuevamente una conducta positiva a seguir.

 

Será importante también que los niños lleven su cepillo y pasta a la escuela para poder mantener adecuadamente la higiene, pues a los 20 minutos tras la ingesta de alimentos se produce el mayor descenso de ph en la boca que facilita que se desmineralicen los dientes por la acción de las bacterias que liberan ácidos y producen la caries.



Existen casos dramáticos de niños con caries del biberón que pierden sus dientes y no vuelven a tener ningún diente con el que morder hasta las 6-7 años. Esto conlleva un déficit de autoestima y problemas de relación entre iguales. A este tipo de caries se les denomina así porque se producen por dejar a los niños dormidos con el biberón en contacto con los dientes.

 

Incluso hay familias que mojan los chupetes o las tetinas del biberón con azúcar o miel para que los niños se duerman tranquilos. También son peligrosos todos los productos azucarados y pegajosos que tienen capacidad de permanecer en contacto con la superficie de los dientes y que tardan en ser limpiados como el pan de molde, las rosquilletas, las galletas o los zumos.


No sólo el impacto social y personal va a ser el que acontezca. También habrá un gran impacto económico en los padres de niños con este tipo de problemas, pues la prevención evita que deban acudir al dentista para grandes tratamientos de reconstrucciones y/o extracciones dentales.


Nuevamente la escuela es un lugar más donde aprender hábitos saludables. Es por ello que debe haber una acción organizada entre padres, maestros y la Conselleria para prevenir la caries y cualquier otra enfermedad que afecte a los niños en este sentido. Afortunadamente, en colaboración con la Conselleria de Sanidad, existen programas preventivos entre los que se realizan acciones como revisiones, fluorizaciones y sellados de fisuras de los dientes definitivos o permanentes. No obstante, es fundamental que si detectamos que en el alumnado existen cambios físicos, del lenguaje o de comportamiento, pensemos que detrás de ello puede que también exista un problema médico por afectación de los dientes.

 

*Presidenta provincial en Valencia de Educación del sindicato CSIF.