| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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A Luis Arroyo la cabalgata de Carmena le pareció una "horterada".
A Luis Arroyo la cabalgata de Carmena le pareció una "horterada".

Un asesor del PSOE destroza a Carmena por la "chorrada" de cabalgata

Ya no es sólo cosa de la "caverna". A la alcaldesa de Madrid le ha puesto las pilas por la "horterada" ni más ni menos que el hombre que susurra al oído de Pedro Sánchez. Y no le falta razón

| Matilde Pimentel Medios

Y seguimos a vueltas con la cabalgata de Manuela Carmena. Después de varios días en que algunos se han empeñado en señalar las críticas al singular desfile como propias de la "caverna", vaya por dónde aparece Luis Arroyo, asesor socialista de toda la vida, y pone las pilas a la alcaldesa en Infolibre:

"no tengo ningún prejuicio para poder decir que los tres reyes magos de Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, son una horterada. No sólo por el adefesio de trajes que llevaban, el aspecto deslucido de sus barbas y lo escuálido de su porte, que incluía unas coronas como del Burger King. Eran una horterada porque los destinatarios de esos atuendos eran niños y niñas. Niños acostumbrados a ver a tres personajes míticos más o menos orondos, con barbas largas y tupidas, trajes de colores vivos y aspecto medieval. Eso es lo que quieren ver los niños. Innovar en una cosa como esa es una soberana tontuna"

Las palabras de Arroyo no se quedan ahí, pues se muestra implacable:

"Aquí somos todos muy progres, pero uno ya se va haciendo mayor como para aguantar las genialidades impostadas de quien quiere mostrar con símbolos ridículos que es más progre que nadie. Carmena tiene para muchos el crédito acumulado de ser una buena persona de intachable trayectoria. Pero debería en mi opinión cuidarse mucho de seguir haciendo cosas que lindan la chorrada. Si en lugar de ser ella quien abrió el patio cubierto del Ayuntamiento a unas cuantas decenas de indigentes por Nochebuena, las puertas las hubiera abierto Ana Botella, aún estaríamos todos ofendidos por su supuesta hipocresía de beata. Si la idea de enseñar a los niños a no tirar colillas se le hubiera ocurrido al PP diríamos que eso es privatizar un servicio público…"

A ver ahora qué dicen algunos. 

Por lo demás, en el Partido Socialista se mueven a por lo suyo, como relata José Alejandro Vara en Vozpopuli:

"El PSOE pretende la plaza presidencial y ha entablado conversaciones con otras fuerzas políticas. Patxi López, quien fuera lehendakari y que ahora ocupa un cargo de confianza en la ejecutiva de Pedro Sánchez, concita una cierta anuencia, incluso entre el partido naranja. Hay un entendimiento previo, ya prácticamente asentado, para que los populares no repitan en el cargo de la disputa. El presidente en funciones ha dado instrucciones a los suyos para pelearlo hasta el final y ya ha advertido que nunca votará al aspirante del PSOE. No es asunto transaccional ni objeto de debate o negociación".

Todo parece indicar que Podemos y el PSOE podrían llegar a un intercambio: la Presidencia del Congreso a cambio de los cuatro grupos parlamentarios que ambicionan los morados. Una maniobra, por cierto, que busca copar el hemiciclo, como apunta Miguel Blasco en ESdiario:

"Con cuatro grupos independientes, los ejes del discurso de Podemos contarían con mayores tiempo de intervención en plenos y comisiones, garantizarían una mayor dureza en las sesiones de control al Gobierno y una mayor capacidad a la hora de presentar iniciativas".

Mientras tanto, Ciudadanos se devana los sesos para explicarse el por qué de comenzar una campaña haciendo apuestas de cien diputados y terminarla con el resultado conocido. 

"La formación, en su primera autocrítica formal, no escatima en enumerar los principales aspectos a mejorar en futuras citas electorales. La principal -y siendo conscientes de ello- fue la falta de estructura y, por tanto, de coordinación entre los organismos territoriales y los rectores. El crecimiento tan vertiginoso experimentado desde las andaluzas de marzo hasta las generales de diciembre obligó a la formación a crecer en toda España a marchas forzadas", escribe Paloma Esteban en El Confidencial.

"El balance hecho por Villegas, la persona de mayor confianza de Albert Rivera durante toda su carrera política, difícilmente podría ser más duro. Con gesto serio y después de tres horas de reunión, el número dos centrista ha dicho que Rivera jugó demasiado a presidente para un partido que ni siquiera tenía representación parlamentaria", describe Mariano Alonso en Libertad Digital.