| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Imagen de La Vida de Bryan
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Covid-19: always look on the bright side of life

Sea como sea, hay que ser optimista. Epidemias de toda índole han atacado a la humanidad durante siglos

 

Una semana ha pasado desde que Pedro Sánchez declarase la intención de decretar el estado de alarma en todo el país como medio de contener la expansión del coronavirus; decisión que fue secundada sin excepción por todos los partidos de la oposición, conscientes de la necesidad de constituir un frente común contra la amenaza.

 

Calles silenciosas y medio desiertas; parques cerrados y zonas de juego infantil clausuradas; supermercados a los que se puede acceder tras hacer cola (por fortuna, eso sí, bien abastecidos, pese al acaparamiento de papel higiénico); miradas envidiosas desde las ventanas de aquellos que no tienen perro que les permita pasear; se han vuelto una estampa habitual de un día para otro.

 

El periodo inicial de dos semanas se extenderá, si las previsiones son acertadas, fácilmente a dos meses; tiempo durante el cual la estructura económica del país sufrirá fuertes pérdidas. Con suerte, el paquete de medidas aprobado por el gobierno, por valor de 200.000 millones de euros, unido a la decisión del Banco Central Europeo de comprar deuda de los socios europeos por valor de 750.000 millones de euros, contribuirán a mitigar este golpe.

 

Sin embargo, los expedientes de regulación temporal de empleo masivos, cuando no directamente EREs clásicos, se suceden por todo el territorio nacional. Tampoco los autónomos han visto satisfecha su pretensión de una suspensión, que no moratoria, de su cuota durante el estado de emergencia, y se encuentran con que tienen que hacer frente a los mismos gastos fijos que si estuvieran trabajando. Falta afinar y ampliar las medidas protectoras del gobierno para evitar entrar en una nueva crisis peor incluso que la de 2008.

 

China está saliendo ya de lo peor. Fue el origen de la epidemia, pero actuó tomando medidas draconianas que incluyeron el cierre de muchas industrias y reclusión forzosa de su población, mucho antes que en el resto del mundo fuéramos conscientes de la magnitud de la amenaza. Ahora, su industria comienza a recuperarse, los casos de nuevos contagios han disminuido hasta situarse en virtualmente cero y pueden permitirse ayudar a países occidentales, como Italia, quien ha echado de menos más solidaridad de sus socios europeos a sus peticiones de material médico.

 

La crisis del coronavirus trae sin duda como consecuencia un debilitamiento de la posición global de Europa y Estados Unidos, en detrimento de China. Europa puede tardar meses, en el mejor de los casos, en volver a ser un grupo integrado y competitivo, pero al menos se tiene conciencia de estar tomando las medidas correctas; Estados Unidos, dada su falta de una sanidad pública y las tardías medidas tomadas para prepararse frente al virus, puede haber cavado su propia tumba, en un sentido casi literal.

 

Sea como sea, hay que ser optimista. Epidemias de toda índole han atacado a la humanidad durante siglos: peste, difteria, viruela, paludismo, disentería... Porcentajes muy significativos de la población se veían atacados por un enemigo invisible que terminaba con ella sin remedio. Algunas siguen existiendo, pero se ha podido, gracias al desarrollo de la ciencia médica y la mejora general de las condiciones de vida de la población, restringirlas en gran medida y tratarlas.

 

Como decian en la Vida de Brian: always look on the bright side of life...

 

*Abogado y politólogo.