| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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De victoria en victoria hasta la derrota final

¿Ha tocado fondo el PSOE de Pedro Sánchez? La caída en ocho años es cruel, y en el viaje se han perdido militantes y, a juicio del autor, encabezado purgas internas como la de Martu Garrote.

| Enrique Redondo de Lope Opinión

Marzo de 2008; en las elecciones generales el PSOE obtiene la victoria con 169 diputados y cerca de un 40% de los votos, revalidando el anterior triunfo del 2004 y creciendo tanto en votos como escaños. Junio del 2016; el PSOE alcanza la exigua cifra de 84 diputados, con poco más del 22% de los votos.

8 años; únicamente 8 años es el periodo que ha trascurrido desde esas dos citas electorales, aunque en la memoria de los simpatizantes del histórico partido socialista parezca que hayan pasado 8 siglos. ¿Y entre esas dos convocatorias a las urnas qué? Pues fundamentalmente la nada. Y acompañando a la nada, Pedro Sánchez (que por otro lado viene a ser la definición de “la nada”).

Porque cualquier persona con una mediana capacidad de raciocinio pensaría que al artífice de ese magnífico resultado en las urnas habría dimitido inmediatamente tras la debacle. Pues no, y dos veces no, ya que ese carismático líder que es el ufano Sánchez, no contento con una taza del famoso caldo, repetía menú:  ya que meses antes se había coronado Rey de Reyes con otros 89 diputados, cifra que parecía imbatible (ay, gente ingenua…) hasta que se arremangó y tras unas gloriosas intervenciones… obtuvo 84 diputados.

Sí, el histórico PSOE de las mayorías absolutas, de Alfonso Guerra y Felipe González, de la Expo y de la modernización de España, arrastrando sus miserias y lo que es peor, amenazando con dejar a un gran número de socialistas sin partido referente.

Las purgas

Y si el resultado es un drama, trágica es su realidad actual. Tomemos como ejemplo una histórica afiliada, que además, exceptuando unas pocas semanas, nunca ha cobrado del partido, como es la abogada y analista política Martu Garrote. Martu se ha caracterizado a lo largo de sus más de 20 años de militancia activa en el PSOE en apoyar sin fisuras y trabajar gratuitamente para el partido… hasta hace pocos meses.

Porque es lo que tiene la gente con personalidad. Que piensa. Y que valora y opina. Y esos defectos no parece que sean compatibles con la personalidad del Gran Timonel, guía y faro del progresismo patrio. Retrotraigámonos unos meses, hasta febrero del 2015 cuando la abogada hizo pública su disconformidad ante el cese de Tomás Gómez.

 

Casos como el de Martu Garrote demuestran cómo actúa Sánchez contra quien no comulga con él

 

Seamos sinceros, la intervención de las huestes de Sánchez al mejor estilo de los tanques soviéticos entrando en Budapest, arrasando, interviniendo y decapitando a la cúpula del Partido Socialista Madrileño fue uno de los mayores bochornos del año político. Y Martu Garrote tuvo la desfachatez de manifestarse públicamente en contra del desembarco y posterior caza de brujas que se llevo a cabo en la federación madrileña. ¿Consecuencia? Apertura de expediente y expulsión del Partido, (rebajada magnánimamente a suspensión de militancia por un año); el precio de no comulgar con ruedas de molino.

El destierro

Pero el ajusticiamiento no termina aquí; termina el año de destierro, y Maru Garrote vuelve a la militancia… por poco tiempo. Así, a finales del 2017 se decide la expulsión de la militante socialista (junto con otros compañeros) por acusaciones tan graves y carentes de fundamento como por ejemplo mostrar su disconformidad con que Pedro Sánchez cobre más que el Presidente del Gobierno a costa de subir las cuotas a los militantes, o reflexiones de más calado como oponerse en dar más privilegios a Cataluña a costa del resto de las Comunidades Autónomas, o no entender cómo desde la ejecutiva nacional se aplauda a Iceta cuando ofrece indultos, pide quitas de deuda o más autogobierno y mejor financiación (quizás, solo quizás, por eso se explica el “extraordinario” resultado de los socialistas en Cataluña, antiguo granero de votos para el PSOE).

La situación de Garrote es solo un pequeño botón de muestra, pero puede servir como ejemplo de la magnífica gestión interna llevada a cabo por el Caudillo Sánchez, porque a nivel externo ya se ha visto en las urnas el tremendo apoyo de la ciudadanía a su proyecto. Y es que, como diría el inolvidable Groucho Marx, Pedro cabalga raudo de victoria en victoria hasta la derrota final. Tiempo al tiempo.