La verdad sobre el paradero de Toño Sanchís

Es el hombre más buscado. El representante convertido en personaje catódico por, dicen, sacar los pies fuera del tiesto. Sin embargo, Toño Sanchís  calla. No ha aceptado ninguna de las propuestas para aclarar qué está pasando en su vida. Prefiere la discreción a la exposición, a pesar de que con ello alimente la polémica en contra de su voluntad. Debería hablar. Y ser claro y rotundo, mostrarse tan cercano como siempre y no dejar lugar a las dudas.

Toño está ya más tranquilo. Su conciencia le permite llevar una vida alejada del mundanal ruido. No es cierto que haya fijado su residencia en Valencia ni que ahora haya apostado por vivir en Miami. Toño sigue haciendo su vida habitual, refugiado en sus hijos y en su mujer, Lorena, con quienes disfrutó incluso de la cabalgata de Reyes. No pretende ocultarse, pero tampoco quiere poner facilidades a los medios de comunicación que, desde el inicio del calvario, le han coronado como el representante trincón y desleal.

Toño ha decidido refugiarse en sus hijos y su mujer, Lorena, para superar este bache

A Toño no solo le ha dolido la desconsideración de Belén y las formas salvajes en las que se ha referido a él, sino también las traiciones de otros celebs a los que ha colmado de favores. Me consta la protección que Toño ha ejercido no solo en el evidente caso de Belén, sino en el de otros rostros conocidos a los que consiguió trabajo por insistente y contumaz. Hay, incluso, a quien pudo haberle salvado de problemas mucho más graves y peligrosos. 

Belén podría recibir una sorpresa si la sangre llega finalmente al río

Quizás esto es lo más costoso de asimilar en el caso de Toño. Resignarse a pensar que el ser humano se reduce a números y cifras en los momentos de flaqueza. Que nada importa más que la unión ante el trinche de un personaje sin derecho a la duda. Crucificado antes de ser juzgado. Todos -y me incluyo- hemos hecho una caza de brujas intolerante. Sobre todo porque las palabras no tienen valor. Pero sí los documentos. Y me aseguran que Toño tiene todo en orden y bajo control. Tanto, que me advierten podría haber una traca fallera si la sangre llega al río. Quizás así Belén podría quitarse la venda de los ojos y descubrir que duerme con su enemigo. Quién sabe.